04/05/2013 por Marcelo Paz Soldan
Anotaciones sobre Literatura y democracia

Anotaciones sobre Literatura y democracia

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Anotaciones sobre Literatura y democracia
Por: Adolfo Cáceres Romero

Desde luego que me parece una propuesta interesante recorrer los últimos 25 años de nuestra vida democrática, para analizar en ese contexto la situación de las letras en el país; concretamente, saber cuánto se produjo y si hubo un cambio o no. Hablo de 1983 al 2009; sin embargo, no se comprenderá muy bien ese periodo si se ignora lo que deja tras de sí. Al leer dicha propuesta, me vino la amarga sensación de que ya éramos historia los de las generaciones pasadas, a pesar de que seguimos produciendo y que las vidas de los nuevos escritores aún están mezcladas con las nuestras.
El equipo
El equipo coordinado por Omar Rocha Velasco y Cléverth Cárdenas Plaza nos muestra un encomiable empeño, que hubiera logrado mejores resultados si acaso superaba sus precipitaciones y ligerezas. Por un lado, Cléverth Cárdenas, en su artículo inicial, “Democracia y literatura boliviana”, afirma que han revisado “los archivos, fondos y bibliotecas más representativos del país”; sin embargo, también dice que: “Quizá los índices de cada género no estén completos, pero estamos seguros de que contienen a los textos más representativos”.
Una aclaración, sin ánimo de desmerecer su redacción: No se dice: “contienen a los textos más representativos”; la “a” está demás, a no ser que quiera decir: a los autores más representativos. Esa “a”, como preposición, sólo funciona con personas, no con cosas u objetos inanimados; desde luego que también se da en otras situaciones, como dativo o complemento indirecto, pero no viene al caso entrar en esos detalles. Volviendo a su artículo, no sé cómo pueden estar seguros si, al mismo tiempo, Cléverth dice: “quizá no estén completos”.
Ese “quizá” nos hace ver, a más de su inseguridad, que algo falta por descuido o porque exageran al decir que acudieron a “los archivos, fondos y bibliotecas más representativos del país” o, también, puede ser porque algunos de esos escritores no gozan de la simpatía de los miembros del equipo; entonces, también dudamos de que hicieran: “uno de los esfuerzos más grandes por completar el trabajo,(;) los textos faltantes fácilmente pueden ser añadidos una vez socializado el trabajo”. ¿Textos faltantes? Claro, si se refiere a la colección de cuentos de “Correveidile”, por ejemplo, teniendo en cuenta que Manuel Vargas les puso al alcance de la mano los cuentos más selectos del país; Por otra parte –a pesar de anunciarla en el título–, se olvidaron de la novela; de ahí que es natural que dejaran de lado a autores, como: Renato Prada, Néstor Taboada, Manuel Vargas, Raúl Teixidó, Ruber Carvalho, Claudio Ferrufino, Gonzalo Lema, Ramón Rocha, Wolfango Montes, Homero Carvalho, Paz Padilla, Juan Claudio Lechín, Gaby Vallejo, Gabriela Ovando, Georgette Canedo de Camacho, Juan de Recacochea, Edgar Ávila Echazú, Waldo Barahona, Sebastián Antezana, Freddy Ayala Vallejos, Luisa Fernanda Siles, Wilmer Urrelo, Juan Pablo Piñeiro, Mauricio Murillo y otros cuya obra no puede pasar desapercibida; entonces, los faltantes posiblemente sean añadidos; después de todo, no se trata de desconocidos y la novela no puede ser reducida a un capítulo donde sólo se hable de dos de sus figuras (Edmundo Paz Soldán y Alison Spedding); lo evidente es que algunas obras jamás serán tomadas en cuenta, sobre todo en lo que a mi producción se refiere. ¿Por qué? Probablemente por consigna.
El catálogo

Inclusive en el catálogo presentado por Marcelo Villena, ignoraron mis cuentos y novelas. Actitud inconcebible en intelectuales que –aun equivocándose– han mostrado integridad y solvencia, honrando cuanto escribían; después de todo, se trata de docentes universitarios. Entonces, ¿cómo pensar que pudieran hacer labor de inquisidores, al no encontrar otra forma de responder mis críticas? Luego de este artículo, ¿sentirán que tengo algo personal contra ellos? Al contrario, pondero su empeño; pero no por ello voy a aplaudir sus incoherencias. Lo cierto es que en cualquier lugar del mundo se respeta el derecho a disentir, especialmente viviendo en democracia. Si lo piensan bien, los únicos perjudicados son ellos mismos y los que confían en la calidad de su labor. De los cinco libros de cuentos que publiqué a partir de 1983 (“Los golpes”(1983), “La hora de los ángeles”(1987), “Entre ángeles y golpes” (2001), “El despertar de la bella durmiente” (2009), “Cinco noches de boda”(2009) ), varios cuentos fueron traducidos a otros idiomas, hallándose en antologías y revistas de América y Europa, inclusive “Cinco noches de boda”, fue presentado en la Feria del Libro de Mar del Plata, el 2009, por Adolfo Colombres; en cuanto a mis cinco novelas, 2 fueron publicadas entre el 2006 y 2009; además, “La saga del esclavo” (2006) y “Octubre negro” (2007) circulan en un espacio virtual, habiendo registrado más de cincuenta mil lectores.
Cinco novelas
Las cinco novelas fueron reeditadas recientemente por la Editorial Kipus de Cochabamba, lo mismo que “El Charanguista de Boquerón”, galardonada con el Premio Nacional de Novela “Marcelo Quiroga Santa Cruz” (2010).
Creo necesario advertir que la publicación de los dos volúmenes de “Literatura y Democracia Novela, Cuento y Poesía en el periodo 1983-2009”, se hizo posible gracias a la labor del grupo formado en el Instituto de Investigaciones Literarias de la Carrera de Literatura de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, de la Universidad Mayor de San Andrés. Grupo que también impulsó la selección de las 15 novelas fundacionales de la narrativa boliviana.
No dudamos de que su formación académica sea de buen nivel, siendo plausible que, tanto docentes como estudiantes, se hubieran empeñado en analizar la literatura del actual momento democrático.
Pero hay algo que va más allá de lo académico y tiene mucho que ver con la fuerza de voluntad para superar retos y barreras. Con todo, se han constituido en los principales analistas de la producción literaria que se centraliza especialmente en la ciudad de La Paz.
“En cualquier lugar del mundo se respeta el derecho a disentir;especialmente viviendo en democracia. Si lo piensan bien los únicos perjudicados son ellos mismos …”
Fuente: Lecturas