Presidencia sitiada
Por: Roberto E. Finot
Las memorias que sobre su gestión de gobierno ha presentado el ex presidente Carlos Mesa bajo el título de Presidencia sitiada se constituyen en un valiente y oportuno testimonio —muy similar a los que el periodista e historiador nos tenía acostumbrados— en el cual es él el protagonista de una historia que aún no terminamos de asimilar ni de comprender en toda su dimensión.
El país que empezó a surgir a partir del insospechado protagonismo alcanzado por el Movimiento Al Socialismo (MAS) y el establecimiento de la denominada “agenda de octubre” es descrito a partir de la identificación de las actitudes asumidas tanto por el actual presidente Evo Morales como por cada uno de los protagonistas de una historia en la que una buena parte de esos actores siguen desempeñando los mismos o similares roles que terminaron sitiando al Gobierno del ex presidente Carlos Mesa.
Las revelaciones pormenorizadas, sobre todo cuanto aconteció durante ese inmediato pasado, así como el testimonio del círculo más cercano de colaboradores del ex presidente Mesa, en la obra complementaria presentada simultáneamente bajo el título de Un Gobierno de ciudadanos, están destinadas a ayudarnos a reflexionar con mayor precisión y claridad, sobre todo cuanto acontece actualmente en nuestro país, así como sobre el futuro de unidad que debemos empeñarnos en preservar.
El relato comprometido de una visión indudablemente personal de esa historia refleja con precisión los angustiantes meses en los que la confrontación y el afán de perpetuación de las estructuras de poder que se habían mantenido vigentes hasta esa fecha, y que siguen pugnando por imponerse, terminaron por desestabilizar a un gobierno cuyo principal “pecado” fue el de interpretar los genuinos intereses nacionales, por encima de los intereses representados por quienes el ex presidente Mesa identifica como “los vértices de poder cívico y empresarial”, que junto a una evidente manipulación mediática lograron y siguen logrando convertir flagrantes mentiras en verdades que el pueblo acaba creyendo a fuerza de repetirlas.
En la denominada “agenda de octubre”, diseñada por el ex presidente Mesa la noche del 17 de octubre de 2003, efectivamente se llegaron a recoger y a inscribir las demandas de un nuevo pacto social, que sigue pugnando por quedar definitivamente inscrito en el nuevo texto constitucional junto a las autonomías regionales, la profundización de la descentralización y las garantías de una genuina participación y control en la explotación y comercialización de nuestros recursos naturales.
En un plazo dramáticamente breve, la historia descrita en Presidencia sitiada parecería repetirse, pero en esta oportunidad como consecuencia de los incomprensibles e injustificables errores que aparentemente determinaron la renuncia del vocero presidencial Álex Contreras y como consecuencia de la persistencia de las actitudes mantenidas por los mismos actores que sitiaron al ex presidente Carlos Mesa.
El cumplimiento de la “agenda de octubre”, que el presidente Morales hizo suya, continúa manteniéndose como un imperativo ineludible que debe permitirnos empezar la construcción del destino que las alianzas “levantado el nombre de la patria en vano”, y no precisamente el mentado “neoliberalismo”, nos han negado durante los últimos veinte años: el presidente Evo Morales Ayma aún tiene la palabra.
Fuente: www.laprensa.com.bo