06/09/2014 por Marcelo Paz Soldan
A jugar: Literatura y fútbol de Bolivia se unen para gritar gol

A jugar: Literatura y fútbol de Bolivia se unen para gritar gol

Futból

A jugar: Literatura y fútbol de Bolivia se unen para gritar gol
Por: Adhemar Manjón

“El regate y el gol son los momentos individualistas-poéticos del fútbol; por eso el fútbol brasileño es un fútbol de poesía. Sin hacer juicios de valor, en un sentido puramente técnico, en México la poesía brasileña ha ganado a la prosa estetizante italiana”, así finalizaba el artículo en el que Pier Paolo Pasolini, escritor y brillante director italiano analizó la derrota de la selección de su país frente a la de Brasil en el Mundial de México 70. Pasolini conocía muy bien el fútbol, dicen que era un buen jugador e hincha del Bologna.
Pero el director de la transgresora Saló o los 120 días de Sodoma no fue ni el primero ni el último en escribir, definir y opinar sobre el -a pesar de todo- más popular de los deportes. Los nombres son muchos: el existencialista francés Jean- Paul Sartre (“el fútbol es una metáfora de la vida”, dijo el autor de El ser y la nada), su rival en la línea filosófica Albert Camus (“Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”), y el argentino Jorge Luis Borges (“El fútbol es popular porque la estupidez es popular”) para cerrar las frases archiconocidas. La lista podría ser interminable.
En Bolivia los escritores también le rinden homenaje a través de diversas publicaciones aparecidas este año, con la redonda como protagonista.
El fútbol: un acercamiento
“Para mí, el fútbol es una pasión, un sentimiento, una tabla de salvación para ahogar la tristeza natural de los domingos”, declara el periodista español Ricardo Bajo, artífice este año de dos antologías de fútbol, la primera son las crónicas 4 de 5, el Tigre te mata y Domingos por la tarde: cuentos bolivianos de fútbol. Sobre este último, Bajo menciona: “He descubierto a través de los 30 relatos de una selección nacional de las letras impresionante que las palabras alrededor de la pelota tienen una capacidad asombrosa para emocionarnos”.
Christian Vera es uno de esos 30 escritores, para él, a diferencia de lo que se cree y se dice “la relación entre el fútbol y la literatura es todavía un encuentro pobre”. El autor de la novela Click excluye de esa sentencia a consagrados como Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, y, tal vez, Eduardo Sacheri.
Vera se considera un fanático exagerado del fútbol. Stronguista a muerte, define a este deporte como “un juego, una metáfora, un hecho cultural, político, mediático”.
Dos escritoras, Rosario Barahona y Magela Baudoin, también están incluidas en esta selección boliviana de cuentos, ellas tienen su visión particular del fútbol. “No sé nada de fútbol, pero lo que siempre me ha fascinado es esa épica de la esperanza que algunas veces se produce y permite que un equipo chico gane o que dos hombres, que han jugado como enemigos, puedan cambiar camisetas y darse la mano al final de un partido”, expresa Baudoin.
“Creo que este es un gran libro no solo por ser una original iniciativa de Ricardo Bajo, sino porque expone las construcciones sociales masculinas como femeninas sobre el fútbol”, comenta por su parte Barahona.
Fútbol y realidad
El 23 de enero de 2011 los vecinos del estadio Cosmos 79 secuestraron a todo el equipo de La Paz F. C. para exigir a la Liga que le permitiera seguir jugando en ese estadio, esa historia fue desarrollada por el periodista boliviano-español Álex Ayala para el libro The football chronicles, en el que también participan Mario Murillo y Wilmer Urrelo, junto con escritores de varios países. “Creo que el libro que están haciendo es un esfuerzo importante. Sus historias cuentan el fútbol de otra manera. Tienen que ver con las mujeres, con los derechos humanos y con otros muchos temas tangenciales”.
Wilmer Urrelo está en este libro con la crónica titulada Lucha libre versus fútbol, texto en el que el autor paceño manifiesta su desapego por el deporte donde triunfarían Garrincha, Sócrates, Maradona, etc. “No me gusta mucho. Lo soporto, pero no lo sigo. De chico lo jugué una temporada y creo que dejó de gustarme por eso. Lo mío es la lucha libre mexicana. La triple A”, dice Urrelo.
Finalmente, el publicista Martín Díaz Meave, hincha de The Strongest, como Bajo y Vera, presentó a comienzos de año Marcación personal: crónicas de un hincha, una recopilación de vivencias personales transcurridas en los partidos en que su ‘Tigre’ querido se enfrenta a cualquier otro equipo.
“No se trata de contar los partidos, cuyos resultados a lo mejor ya se conocen, sino de narrar hechos que giraban en torno a ellos: las cábalas del hincha, las apuestas, los nervios de ver cómo cambia un resultado”, dice Meave y une el fútbol con la literatura cuando dice que “cada jugada es una palabra cada movimiento de ataque es una frase que se deja escribir sobre el césped”, anhelando siempre un final feliz
De Borges y Camus, y algunos pronósticos mundialistas
Dos escritores: Albert Camus y Jorge Luis Borges, dos frases contradictorias:“Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”, de Camus, y “El fútbol es popular porque la estupidez es popular”, de Borges, ¿Cón cuál se quedan?
“Obviamente con el arquero Camus. Borges odiaba el fútbol por una impostura alrededor de lo popular”, dice Ricardo Bajo.
“Con Borges, creo”, responde Wilmer Urrelo, y agrega: “Pero un poco de estupidez en esta humanidad cada vez más decepcionante no está mal. Total, no hemos cambiado mucho, así que imagino que la estupidez sigue siendo la misma de cuando Borges estaba vivo”. Christian Vera escoge ambas opiniones. “Mi posición, cómoda tal vez, es la síntesis de esas dos ideas. Borges tenía razón al calificarlo de juego insensato e inútil, pero sin el fútbol, como dice Camus, yo no hubiera comprendido nada sobre cómo funciona el mundo de los humanos. Tal vez exagero”.
“Me quedo con la frase de Borges, que además es aplicable a otras muchas cosas. De cualquier forma, pienso que hay que respetar a quien le guste”, comenta Álex Ayala.
En tanto que Magela Baudoin descarta a ambos y va por Juan Villoro: “Él no quiere hacer filosofía con el fútbol, sino literatura”, aclara.
“Borges representa una postura de desaprobación ante el fútbol como fenómeno de masas que se remonta hasta el mismísimo Shakespeare”, dice Meave. “La frase de Camus me pareció tan fuerte que la puse como preámbulo a mi libro”, opina.
En cuanto a quién ven como campeón del Mundial en Brasil, Ayala quisiera que sea Uruguay. Rosario Barahona apuesta por Italia. Vera y Baudoin quieren una selección latinoamericana en el podio. Bajo espera una sorpresa, y Wilmer Urrelo opta por Japón, su selección favorita.
Opinión
Lo que le debo al fútbol (Fragmento)
Albert Camus – Escritor

Pobres de nosotros -en todo sentido- ¡muchos nos burlábamos de la dureza de nuestros propios pies! No teníamos más remedio que admitirlo (…)
El equipo más difícil era el Olympic Hussein Dey. El estadio quedaba detrás del cementerio. Ellos nos hicieron notar, sin piedad, que podíamos tener acceso directo. En cuanto a mí, ¡pobre golero!, vinieron por mi cadáver. Sin Roger ¡lo que hubiera sufrido! Estaba Boufarik, ese centro forward grande y gordo (entre nosotros lo llamábamos ‘Sandía’) se excusaba con un: “Lo siento nenito“ y una sonrisa franciscana.
No voy a seguir. Ya me excedí de mis límites. Y entonces, me pongo reblandecido. Hasta en ‘Sandía’ veo bondad. Además, seamos sinceros, bien que esto era lo que habían enseñado. Y a esta altura, no quiero seguir bromeando. Porque, después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol, lo que aprendí con el RUA no puede morir. Preservémoslo. Preservemos esta gran y digna imagen de nuestra juventud. También estará vigilándolos a ustedes.
Fuente: Brújula