René Hohenstein y Casateatro
Por: Pedro Shimose
Hace un año asistí a la representación de O sea que…, de Oscar Barbery Suárez, comedia de situaciones existenciales al estilo del mejor humor de Jules Pfeiffer y Woody Allen. Quedé gratamente sorprendido del progreso alcanzado por el teatro en Santa Cruz, de la magnífica madurez expresiva de Barbery Suárez y de la inteligente puesta en escena de René Hohenstein. Un año después, el avance queda ratificado gracias a la escenificación de Justo en lo mejor de mi vida, de la comediógrafa argentina Alicia Muñoz.
Las salas de la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche y del teatro del Museo de Historia, anejo al teatro Humberto Parada Caro, han acogido durante 22 años los intentos más serios por dignificar el teatro nacional, modernizar el repertorio de los grupos de teatro independiente del país y divulgar a los autores bolivianos más sobresalientes.
El animador y tenaz impulsor del grupo Casateatro se llama René Hohenstein (Cochabamba, 24/11/1954), afincado en Santa Cruz de la Sierra, después de protagonizar exitosas temporadas teatrales en Cochabamba y La Paz.
Todo empezó con don Ramón Clouzet, sembrador de ideas e ideales. Después vendrían Humberto Parada Caro, Germán Coimbra Sanz, Enrique Alfonso, Nando Chávez y los hermanos Raúl y Humberto Vaca Pereyra, animadores del teatro costumbrista y regional.
La presencia del artista húngaro Jorge Rosza hizo que el teatro cruceño abriera sus compuertas al teatro de vanguardia, existencialista y del absurdo. Después de Rosza vendrían los aportes fugaces y decisivos de Jorge de Lasaletta, Daniel Tiffenberg, Eduardo Juster y Tota Arce. Con posterioridad, Hohenstein proseguiría la obra de sus antecesores.
Con el decisivo y valioso aporte de Marcelo Araúz, entonces director de la Casa de la Cultura de Santa Cruz, nace Casateatro, en febrero de 1986, llamada originalmente Elenco Teatral de la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche. Por ser un nombre extenso, el público decidió llamarlo Casateatro. Y así se lo conoce.
El otro día me encontré con el crítico teatral e historiador del teatro boliviano, don Mario T. Soria; con el historiador y ensayista, don Mariano Baptista Gumucio, y con el economista, escritor y académico, don Jorge Órdenes, en la representación de Justo en lo mejor de mi vida. Mi alegría fue triple: al reencuentro con mis queridos amigos se unieron la admiración por la atinada dirección de René Hohenstein y la revelación como actor teatral de Carlos Valverde, celebérrimo presentador de televisión, periodista notable y no menos notable novelista.
Arropado por actores consagrados –Arturo Lora, Cindy Ruiz, Sandra Elías y Jorge Urquidi– Carlos Velarde encarna el papel de un marido que, desde la realidad paralela de la muerte, asiste a la representación de su propia vida. Asistido en la dirección por la consagrada actriz, doña Gloria Fernández, y por el jefe técnico, don Guido Álvarez, Hohenstein demuestra, una vez más, su talento como director teatral. El vals de Jorge Luna –Alma cruceña–, interpretado por el guitarrista Piraí Vaca, sirve de fondo musical.
Es oportuno y necesario mencionar el apoyo decidido de importantes empresas cruceñas a esta nueva proeza cultural que, felizmente, goza del apoyo de un público fiel y entusiasta que, día tras día, aplaude y disfruta del arte de Talía. // Santa Cruz de la Sierra, 27/06/2008.
Fuente: www.eldeber.com.bo