Martín Sivak, el sicario de las letras
Por: Ignacio Urioste
Mal informado por alguna nota periodística que destacaba el interés del último libro de Martín Sivak, el otro día me dirigí a una librería para comprar la publicación, que lleva el horrible título de Jefazo.
Grande fue mi decepción cuando después de leerla por un buen rato comprobé que se trata de otra de las tantas biografías publicitarias de Evo Morales, escrita por un nuevo ‘llunk’azo’ (superlativo de ‘llunk’u’ o ‘servil’ en aimara), que viene a sumarse a la lista integrada por Álex Contreras, Darwin Pinto, Roberto Navia, Pablo Stefanoni, Hervé do Alto, Malu Sierra y Elizabeth Subercaseaux.
Para colmo de males y a pesar de que Sivak se jacta en cada página de la cercanía con su ‘jefazo’, comprobé que el libro ni siquiera contiene datos novedosos que no conociéramos por las biografías anteriores.
Después de lamentar la mala inversión realizada y decidir que volveré a la librería para pedir un reembolso, me conecté a Google y busqué más datos sobre el autor. Como resultado, me enteré de que Martín Sivak fue contactado el 25 de marzo de 1995 por el dirigente mirista Jorge Torres Obleas mediante una llamada a Buenos Aires.
Torres Obleas era el director del diario Hoy, para el que Sivak trabajaba como corresponsal en la capital argentina. Tenía un encargo que hacerle: escribir un reportaje sobre su padre, el ex dictador militar Juan José Torres, muerto a tiros en Buenos Aires en la década de los 70. Sivak hizo tan buena letra con su jefe que de la investigación no sólo salió un artículo, sino un libro entero, El asesinato de Juan José Torres.
Dos años después, Sivak reincidiría en sus prácticas mercenarias, esta vez por encargo del MNR. El gonismo acababa de pasar a la oposición y Hugo Banzer había vuelto al poder por medio de las urnas. Era oportuno revivir su pasado autoritario con un libro y el resultado fue El dictador elegido.
Siguiendo mi recorrido por la Internet, encontré algunos datos que terminaron derrumbando la credibilidad de Sivak, que fue despedido por la revista porteña TXT y por el conocido periodista Jorge Lanata a causa de su enfoque sesgado.
Ahora, el MAS y el chavismo parecen haberle hecho un nuevo encarguito. La última página del libro, llena de agradecimientos a Juan Ramón Quintana, Álvaro García Linera, Sacha Llorenti y a su entrañable amigo, Wálter Chávez, deja clara su convivencia con el poder y también cuáles son las fuentes bolivianas, o quizás ‘bolivarianas’, que financian al sicario de las letras Martín Sivak, como a otros ‘llunk’azos’ nacionales que lo festejan.
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