Una reflexión sobre el nuevo feminismo
Por: Erika J. Rivera
No hay duda de que una mirada sobre la introspección del mundo femenino es lo que me permite indagar sobre el rumbo de la mujer contemporánea. Éste es el tema de la primera novela de Salvador Romero Ballivián titulada “Mañana, después del diluvio, mi amor” (La Paz, Plural Editores 2016). Este texto literario trata de comunicar ideas acerca de la feminidad actual. Asimismo, la novela reconstruye nuestra cotidianidad de forma exquisita. La novela está escrita en un lenguaje culto y una prosa sencilla, talento que se debe destacar en Salvador Romero.
Esta novela nos muestra a una mujer que desenreda su laberinto, pero sin ser consciente intelectualmente de su condición de género. El autor presenta un personaje del sexo femenino que está sumergida en sus recuerdos, ligada en primera instancia al mundo paterno, luego al ámbito conyugal, y después al rol de la maternidad. Pero siempre vinculada a algo o alguien. A pesar de su autonomía económica, su éxito profesional y su libertad de consumo, ni siquiera así la encontramos libre de la influencia masculina. Al final de la novela, la protagonista está como al comienzo, pues no puede librarse de los nexos afectivos y eróticos que la atan a los varones. La sexualidad femenina se presenta como un problema en nuestro tiempo contemporáneo. Su participación en la vida escolar y universitaria estuvo determinada por su estrato social. Pero irrumpe en su vida lo otro, lo distinto a ella, el varón, que transgrediendo una planificación muy normal de etapas en la vida de la protagonista, decide contraer nupcias sin que ella haya finalizado su licenciatura. Esto la muestra descentrada de su proyecto original de realizarse como profesional. La novela nos muestra nítidamente las convenciones predominantes en este campo. Este personaje femenino, a pesar de su formación académica, asume los roles habituales de su género con naturalidad, como el convertirse en una eficiente ama de casa porque le corresponde el cuidado de la misma.
El conflicto empieza cuando ella se vuelve autónoma en busca de su realización personal. La novela muestra que a pesar de su rol de esposa —por la eficiencia lograda en sus roles domésticos—, termina su tesis de licenciatura y la defiende exitosamente en La Paz. Hasta ahí las cosas son llevaderas, es decir con el cambio de status profesional. Esta tensión que recae en las responsabilidades de la protagonista, pilar que debe cumplir con todos los roles, termina sacrificándose sola de forma naturalizada, sobre todo con lo que implica ser criadora, para sobrellevar los conflictos en el hogar. ¿Cómo se concilia el rol maternal con el éxito profesional? ¿Cómo se concilia el rol de criadora con los otros roles? Evidentemente, con el sacrificio de su vida, de su tiempo, de su hogar. O sea que la construcción femenina contemporánea es la de una supermujer que juega todos los roles de forma eficiente. Pero tal vez en la vida real sea mucha exigencia para las mujeres que recaiga en sus cuerpos y en su identidad la responsabilidad de la construcción del ámbito privado y público, existiendo de manera sobreentendida para los otros y no para ellas mismas. Solitariamente, ejercen roles de forma inconsciente. ¿Qué las obliga a ser esposas?, ¿qué las obliga a ser madres?, ¿qué las obliga a ser para los otros? Esta novela muestra que la transgresión al hogar convencional termina con la ruptura del matrimonio. Ahora en su situación de divorciada vuelve al control y a los vínculos afectivos de la casa paterna. La novela nos refleja que no puede salir del esquema de la dependencia pese a la liberación económica. Entonces ahora pasará a depender del nuevo novio y así sucesivamente su libertad sexual se convertirá en culpa.
El libro resulta una excelente propuesta para evaluar y cuestionar los roles rutinarios del género femenino en la sociedad boliviana del siglo XXI. Aparentemente, este problema aún no se ha resuelto, como se ve a causa de los altos índices de violencia intrafamiliar y los feminicidios. Finalmente, la novela nos incita a una interpelación introspectiva y a una mirada cuidadosa e integral sobre nuestra identidad, pues Salvador Romero Ballivián —y no una autora— ha escrito la gran novela sobre la supermujer de la actualidad, la anhelada y criticada a la vez.
Fuente: Lecturas