Sobre las nuevas publicaciones de Mundy
Por: Virginia Ayllón
El 9 de agosto se presentó Bambolla Bambolla: cartas, fotografías, escritos de Hilda Mundy, libro editado por Rodolfo Ortiz y publicado por La Mariposa Mundial, editorial a la que debemos la segunda edición de Pirotecnia, a 68 años de la primera. Esperaba con cierta fruición esta publicación debido al vínculo que establecí con la obra de esta orureña.
El libro en cuestión reúne el opúsculo Impresiones de la Guerra del Chaco, que ya conocimos en la versión del libro póstumo Cosas de fondo (1989). Junto a ello, textos de Mundy en la prensa orureña: La Retaguardia, La Mañana, Dum Dum, La Patria y El Fuego, entre 1932 y 1936, y otros aparecidos episódicamente en la prensa y revistas paceñas entre 1937 y 1978: La Calle, la Revista de Bolivia, La Nación, Khoya y Dador. Pero este volumen registra, especialmente, 11 cartas intercambiadas entre Mundy y su amigo Jorge Fajardo, quien se encontraba en el frente de la Guerra del Chaco. También incluye una colección de más de un centenar de fotografías. Particularmente celebro el Mapa Mundy (nunca tan bien puesto el nombre) que en una línea de tiempo de 1932 a 1978 ubica la escritura de Mundy (incluidas Pirotecnia y las cartas), los periódicos y revistas donde publicó y, notablemente, los 10 seudónimos que usó.
Una lectura rápida de sus columnas Glosas Contemporáneas, Brandy Cocktail, los textos de Dum Dum (semanario fundado por Mundy), Vitaminas y Bibelots de Oruro, nos permite avizorar nuevos temas que no estaban en la obra de Mundy hasta ahora conocida. Destacan, por ejemplo, referencias al naciente movimiento feminista en Bolivia, especialmente textos sobre la Convención femenina de 1929 y, notablemente, alusiones a lo que ella denomina “la mujer criolla”, en referencia a la mujer indígena.
Por otra parte, aparece su anticlericalismo, así como reflexiones sobre el lector y la lectora, y sobre el oficio del periodismo. A su fauna urbana añade el cigarrillo, el cenicero, el tango, el chachachá, el Carnaval, el cine y los empleados públicos. El DumDum del 29 de septiembre de 1935 es un hermoso texto sobre la noche, tema nuevo en su producción: “…es una fuerza hercúlea, arrolladora que se agiganta y decrece; es en fin un clamoreo estridente, y es ¡la nada!”. También sobresale el texto aparecido el 1 de julio de 1937 en la Revista de Bolivia, titulado “Futurismo”, que es un apasionado testimonio de su lectura del Manifiesto de Filippo Marinetti.
Sin embargo, lo fundamental de estas columnas y cartas es la referencia a la escritura, o mejor, al ejercicio constantemente autorreflexivo sobre su escritura. La primera referencia es la carta enviada a Fajardo el 15 de noviembre de 1934, en la que Mundy cita el Bambolla, Bambolla de Góngora. En esta misiva esboza lo que en el devenir será su arte poética:
“Me encanta el absurdo, la palabra hueca, hueca que parece un cascabel de latón con la piedrecita de la tontería adentro (…) Por mi parte adoro la mentira, me encanta ella”. Pero tal vez el punto más alto de este ejercicio autorreflexivo se encuentra en su apuesta por el caos y el desorden. En Brandy Cocktail de 1934 se adscribe al pensamiento de Nietzsche de quien dice: “luminoso en sus palabras, nos insinúa que un caos es necesario para que nazca una estrella”, para luego declarar que: “Hay que permitirse el lujo del desorden, del laberinto de la incomodidad” y reclamarse a sí misma esta facultad: “Y qué incapacidad agresiva la mía que no puedo hacer del lenguaje ni una granada de mano”. Estas reflexiones vuelven dos años más tarde, en su columna Vitaminas: “Habría que ensayar un poco de rudeza… un poco de aluvión fraseológico y algo de manoseo impresionista que tenga el poder de sacudir maravillosamente nuestro cansancio”.
Bien, arribada a este punto de mi lectura, es decir a un mes de iniciada esta travesía, se presentó Hilda Mundy: obra reunida, publicado por la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia. Así, a la BB de Bambolla Bambolla, se sumó este nuevo volumen de la BBB. Lo primero que llamó mi atención fue la coincidencia del índice de ambos libros, salvedad hecha de las cartas incluidas en la BB y Pirotecnia incluida en la BBB. Procedí entonces a comparar ambas publicaciones, resultando el cuadro que se puede ver en estas páginas.
Estos datos evidencian que más del 40{1daedd86537fb5bc01a5fe884271206752b0e0bdf171817e8dc59a40b1d3ea59} de los textos se repiten en ambos libros. Comparto con Rodolfo Ortiz la duda sobre algunos de los consignados en Dum Dum en el texto de la BBB, por ejemplo cuatro del 13 de octubre de 1935, firmados con los seudónimos Tito Livio, Kamon, Eryx y Lutino, que ella no usó en otras ocasiones.
También llamó mi atención que la mayoría de las Vitaminas del texto de la BBB no tienen fecha y la numeración es contradictoria con la de Bambolla Bambolla. Por ejemplo, el que consigna como N° 1, corresponde al publicado el 12 de marzo de 1936, numerado con el N° 9. Tal vez esto se deba a que, como dice una nota de pie iniciando la entrega de Dum Dum, varios de los textos (27 de los 29) fueron obtenidos de fotocopias del Centro de Documentación del CIDEM; la misma nota se encuentra en algunos de los textos de Brandy Cocktail; es decir, la consulta se hizo en archivos de respaldo y no en originales. Finalmente, la colección fotográfica de Bambolla Bambolla es mucho más extensa que la del otro texto e informa muy bien de la vida de Mundy. Debo decir, sin embargo, que de las tres fotografías exclusivas del texto de la BBB, es hermosa la que muestra a Hilda y su hermana en un paseo por las calles de Oruro.
Con todo, mi lectura de este nuevo material de Mundy me permite confirmar los elementos antes analizados en su obra, vale decir que su proyecto escritural (asentado en la urbe, la mujer y la Guerra del Chaco) se asimila más a un contra proyecto, si por ello entendemos al permanente desmontaje de la escritura misma.
Fuente: Letra Siete