Lima mon amour: Libros piratas
Por: Mauricio Rodriguez Medrano
Carga dos bolsos negros y lleva un rosario alrededor del cuello. «Es la mamita de Remedios», dice. «Ella me protege. Nunca me agarraron. Casi me violan una vez, pero nunca me agarraron». Víctor Limachi es contrabandista de libros. Arrastra los bolsos negros por las calles de Guaqui. Luego ingresa al minibús que cruzó la tranca. «Podría contrabandear gasolina. Prefiero libros: es más honrado».
Ruta del contrabando (Lima-Juliaca): 1. Libros impresos en talleres de la zona Cercado, de Lima (galpones con olor a papel y radios con cumbia chicha a todo volumen). 2. Un camión viejo Dodger 400 recorre Lima. 3. El camión llega a Juliaca 20 horas después. 4. El chofer, picado de viruela, cruza puestos de parada, saluda a los gendarmes y fuma un cigarro Inca.
Novelas en ediciones piratas de este mes: Ciudades de papel, John Green. Cien años de soledad, Gabriel García Márquez. 50 sombras de Grey, de E.L. James. Danza de dragones, de George R. R. Martin. Voces de Chernóbil, de Svetlana Aleksiévich. Lo que no te mata te hace más fuerte, de David Lagercrantz.
Ruta del contrabando (Juliaca-Desaguadero): 5. Víctor Limachi bebe junto al chofer en el Bar Candelita. 6. Cinco horas después despierta en un alojamiento de camioneros. Tiene un sabor a óxido en la lengua y a su lado está una serrana con lunares en el cuello y ojo de vidrio. 7. Víctor Limachi cura el chaqui en el paso fronterizo de Desaguadero. «Morena mía, voy a contarte hasta diez», canta y se despide de la serrana. «Vamos pa’l infierno, aunque no sea eterno».
«Paulo Coelho es un crack», dice Víctor Limachi. «También Osho. También Cuauhtémoc Sánchez. También E. L. James. Me hace sudar cuando leo sus novelas». Desabrocha el botón superior de su camisa sucia. Se rasca la papada, y sus ojos parecen dos perdigones negros. «Debo conocer mi mercancía».
Ruta del contrabando (Desaguadero-La Paz): 8. Víctor Limachi baja del minibús antes de llegar al puesto fronterizo de Guaqui. 9. Arrastra los bolsos negros hasta una iglesia que tiene un Tata Santiago tamaño natural. 10. Cruza el puesto fronterizo por un sendero alejado del pueblo. 11. «Es la última vez», dice el chofer del minibús. «Lo mismo le dije a tu esposa», dice Víctor Limachi y le da un billete dentro de un No es país para viejos, de Cormac McCarthy.
Jerga para comercializar libros piratas: Literatura para entrenamiento de animales. Literatura para entrenamiento de personas. Literatura de autoayuda para solteros y solteras. Literatura para señoras aburridas. Literatura para usar cinturones de cuero y cadenas. Literatura para usar números y computadoras. Literatura aburrida y clásica.
Ruta del contrabando (La Paz-Pasaje Núñez del Prado): 12. Víctor Limachi deja los bolsos en un galpón de la zona Pura Pura. 13. Da de comer a su pitbull llamado Bombori. «Él me protege. Nadie intentará violarme otra vez», dice. 14. Algunos minoristas tocan el timbre. Víctor Limachi vende los libros al por mayor y menor. Los libros estarán disponibles en el Mercado Lanza y Pasaje Núñez del Prado. «Es mejor así», dice, «prefiero que no conozcan mi rostro».
«Me quedan nueve vidas. Algunos me llaman El Gato. Algunos me llaman El Inmortal», dice Víctor Limachi. «Es menos peligroso contrabandear libros. Mi primo que contrabandeaba gasolina fue quemado y su cuerpo fue dejado en un sembradío». Sonríe y bebe un vaso de cerveza. «Se tiene menos ganancias pero en la vida no todo es dinero. También hay mujeres. Espero que así sea el infierno».
Fuente: Ecdótica