06/27/2014 por Marcelo Paz Soldan
Libros e imprenta = editorial: Entrevista a Marcel Ramírez

Libros e imprenta = editorial: Entrevista a Marcel Ramírez

marcel

Libros e imprenta = editorial
Entrevista a Marcel Ramírez
Por: Cecilia Romero

El libro es un mundo y algunos mundos nos seducen porque permiten que lo tangible e intangible se reúnan de manera misteriosa para contarnos historias que son caminos sin retorno y que nos marcan a fuego vivo. Así, Marcel Ramírez (Cochabamba, 1969) Director de Editorial 3600, nos comenta de los caminos que toman sus libros. Recuerda: “Empecé a trabajar en una imprenta a mis 18 años, recién llegado a La Paz. Desde siempre fui un ávido lector y en cuanto conocí la imprenta me enamoré del olor a tinta y su mundo, en ese momento hubo un click: libros e imprenta = editorial”.
Marcel abre así esta entrevista, donde se evidencia esa fascinación por los libros y el oficio del editor.
¿Recuerdas el momento preciso, quizá en la juventud, cuando te enamoraste de los libros?
La verdad que no, siempre estuve rodeado de libros y leía desde muy chico. Tal vez en orden cronológico pueda mencionar libros que me han ido envolviendo en este mundo. El primero más o menos serio es Quintín Durward de Walter Scott que me hacía soñar con aventuras en territorios lejanos; se trataba de las cruzadas. Luego, por influencia de mi entorno, el tiempo del colegio, cerca de los trece años, leí a los existencialistas: El extranjero de Camus, El muro de Sartre, y La esperanza de Malraux. De ahí en adelante me dejé seducir por este vicio solitario hasta el día de hoy. Mis momentos de mayor sosiego son leyendo. Olvido un hito importante en mis lecturas: [Marcel] Proust.
¿Cómo comenzó tu carrera editorial? Cuéntanos tu proceso en la Editorial Nuevo Milenio.
Como te comenté yo trabajaba en una imprenta, es más, ya era propietario de una muy pequeña por cierto. Por otro lado, me unía a Marcelo Paz Soldán, en los últimos años de la “U”, una gran amistad y por supuesto el hábito de lectura y el amor a los libros. Comprar libros era caro y decidimos hacer una biblioteca común, comprábamos uno y lo leíamos los dos, creo que había un tercer amigo que se sumó al proyecto pero sólo los dos lo concretamos. No llegamos a comprar muchos, gastábamos más en jarana. Pero, sí fue un primer acercamiento “empresarial” al tema libro.
De ahí -miles de cafés de por medio- nace la idea de la Editorial Nuevo Milenio. Se suma al proyecto Edmundo, él tenía los contactos y nosotros la logística para publicar.
¿Hay algún género literario que prefieras al momento de publicar? ¿Cuál el o los libros que más te gustó publicar?
Definitivamente disfruto con la narrativa: cuento y novela. ¿Cuál he disfrutado? Varios, casi todos. Tal vez por la trascendencia para la editorial y por el privilegio de a través de la publicación haber conocido al autor de Periférica Blvd. No puedo dejar de mencionar los tres libros de Urzagasti; conocerlo fue un privilegio.
¿Cómo surge la Editorial 3600? ¿Qué sucedió con Editorial Gente Común?
Luego de la experiencia de Nuevo Milenio, de la que yo me retiré (Marcelo se fue a Cochabamba y continuó allá) el bichito de editor seguía en mí. Nunca dejé de pensar en publicar libros y lo hacía de vez en cuando sin sello propio, lo hacía como imprenta apoyando algunos proyectos. Veía que había varios textos de gran jerarquía que por falta de medios no eran publicados. Plural era la única editorial en La Paz que producía literatura pero su capacidad quedaba saturada con textos sobre todo en el área de ciencias sociales. La verdad es que en ese momento faltaba un proyecto editorial que diera cabida a nuevas voces narrativas y fundamos la Editorial Gente Común. Fue una hermosa experiencia, descubrimos nuevos autores, llegamos a publicar unos doscientos títulos. Éramos atrevidos, irreverentes, esto se ve desde el logotipo. Creo que coincidimos con un momento saludable en las letras nacionales y se publicaron muy buenos títulos. Libros de Adolfo Cárdenas, Juan Pablo Piñeiro, Willy Camacho, Rodrigo Hasbún, Cé Mendizábal, Homero Carvalho, Rodrigo Urquiola, Guillermo Augusto Ruiz, Daniel Averanga, Eduardo Scott y Adriana Lanza, entre otros.
Fue un lindo proyecto. El 2013, por diferencias de visión y proyección de lo que queríamos, decidimos que Gente Común ya no iba. Con mi socio cerramos el ciclo y que cada uno siguió con un proyecto, propio. Es así que nace la Editorial 3600, la que rescata lo que en origen fue Gente Común pero con mayor experiencia y con los objetivos más claros. Ya tenemos casi cincuenta títulos publicados y hemos recuperado la mística necesaria para un proyecto de estas características.
Editorial 3600

¿Qué futuro ves en el proceso editorial de nuestro país?
Desde que estoy en el negocio, existe escepticismo con respecto al tema editorial. Yo siempre he sostenido que en el país hay excelentes escritores y un público lector que sólo puede crecer. Es cierto que los índices de lectura son bajos, pero existen lectores y, más aún, potenciales lectores. El reto de las editoriales es hacer llegar textos en condiciones adecuadas para que el lector pueda acceder al libro (calidad, precio y temática).
Entre los retos está el tema de los libros electrónicos, que creo pueden ser una gran oportunidad para expandir el público lector. Por ejemplo, el proyecto del Estado boliviano de entregar un computador personal a cada alumno en el nivel secundario es interesantísimo. Por otro lado, existen proyectos como la mochila escolar del municipio paceño que también ayudan. Hay que explorar varias alternativas.
¿Qué opinión tienes sobre las ferias del libro a nivel nacional, podrías decirnos lo bueno, lo malo y lo feo?
Yo participo en todas las ferias que puedo, la feria es un espacio interesante para el encuentro entre escritores, público y nosotros los facilitadores, librerías, editoriales y otras instituciones. En la ciudad en la que se desarrolla la feria el libro, esta se vuelve protagonista y eso es bueno, por unos días los libros cobran importancia. Existe una cobertura importante en los medios de comunicación y los autores son referentes culturales. Eso lo bueno.
Respecto a lo malo y lo feo, creo que siempre se puede mejorar el programa cultural, tener mayor diversidad bibliográfica, que vengan autores internacionales de más nombre. Pero creo que en general los organizadores hacen un buen trabajo. La iniciativa del Ministerio de Culturas de realizar ferias en todos los departamentos y en ciudades intermedias me parece muy positivo. Claro que ese esfuerzo tiene que ser acompañado por un programa integral donde participen varios actores: editoriales, cámaras, municipios, entidades académicas y otros.
Tal vez lo malo sea que no existe una mayor coordinación entre los diversos organizadores y protagonistas al organizar la feria. Pensar en organizar por lo menos las tres ferias más importantes de manera coordinada entre las cámaras podría ser bueno.
¿Cuál es el común denominador en todas tus aventuras editoriales?
Soy una persona hedonista y lo que hago lo hago por gusto. La literatura es lo que más me gusta y poder hacer lo que a uno le gusta es una maravilla.
¿Qué es lo más placentero de ser editor?
“Si no puedes con la vida escribe, si no puedes escribir edita” escribía [J.D] Salinger. Si no fuera editor no sé qué haría con la vida.
Fuente: Ecdótica