12/05/2013 por Marcelo Paz Soldan
El poder detrás del poder: Yo, el Presidente, de Víctor Hugo Romero

El poder detrás del poder: Yo, el Presidente, de Víctor Hugo Romero

Yo, el Presidente

El poder detrás del poder: Yo, el Presidente, de Víctor Hugo Romero
Por: Rodrigo Urquiola Flores

Yo, el Presidente (Editorial 3600, 2013), novela escrita por Víctor Hugo Romero y ahora en su segunda edición, es una novela ágil, de lectura sencilla, con varios guiños humorísticos que, a través de la caricatura narrativa, van armando una intriga en torno a los lejanos –y, al mismo tiempo, cercanos– meandros del poder que gobierna un país latinoamericano que podría ser cualquiera pero que es más fácil de identificar con el suelo boliviano.
Y es precisamente esta ausencia –ausencia aparente de un territorio geográfico abiertamente definido– la que resalta más a lo largo de la lectura de la novela. El país que podría ser cualquiera vive un momento complicado de su historia. El país que podría ser cualquiera es un país acostumbrado a momentos complicados a lo largo de su historia. Alguien quiere matar al Presidente. El que debe matar al Presidente no quiere tener que hacerlo. Mientras tanto, el país se convulsiona, los conflictos sociales se acentúan. Un minero ha explotado su propio cuerpo con cartuchos de dinamita. Paros. Bloqueos. Protestas. Y hay muchos lobos hambrientos tras la silla presidencial.
Dos voces nos narran la novela. Abrimos el libro y escuchamos la voz del Presidente, una voz íntima, reflexiva, escuchamos sus pensamientos. La otra voz, es una voz que quiere ser impersonal, que utiliza la tercera persona y sigue –persigue– a un militar romántico, comprometido con la Historia Nacional, ebrio de sueños patrios. Ambos personajes están predestinados a entrelazarse. Y, en el momento de la verdad, ninguno podrá huir del otro.
Hay un poder detrás del poder, un poder marionetista que se encarga de dirigir los rumbos que va tomando ese otro poder, ese poder oficial. ¿Qué es este poder detrás del poder? ¿La debilidad humana de un hombre, de un simple ser humano, que lleva sobre sus espaldas el destino de toda una nación? ¿Quién es el hombre que lleva sobre sus espaldas semejante peso? ¿El Presidente o el Militar? Ninguno lo sabe. Ambos creen saberlo. Y es por eso que luchan. Luchan contra sí mismos, sobre todo. Y es una lucha por la sobrevivencia final, una sobrevivencia carente de vida. Y, en esta lucha por sobrevivir, la muerte es parte ineludible del juego.
Y el juego, en el que inevitablemente se ve envuelto el lector, es la novela misma que, en capítulos que descienden desde el cuarenta y uno hasta el cero, como el tiempo que va acabándose, conduce a un final incierto y sorpresivo.
Fuente: Ecdotica