Rivero, un cultor de la novela histórica
Entrevista a Raúl Rivero Adriázola
En esta entrevista, el escritor Raúl Rivero Adriázola nos habla, entre otras cosas, sobre literatura, las nuevas tecnologías y un género literario poco cultivado en nuestro medio: la novela histórica.
— Según su punto de vista, ¿cuál es la importancia de la literatura en la sociedad, si es que tiene alguna?
Yo creo que, lamentablemente, es decreciente. Tal vez el desarrollo de los nuevos medios de comunicación, que ahora son más visuales, pero también más agresivos en cuanto a la facilidad para acceder a ellos, está relegando a la literatura a un papel que yo creo que va a ser marginal.
El interés está decreciendo porque la gente quiere algo inmediato, algo fácil, algo ya digerido; en cambio, la literatura exige del lector, análisis, tiempo, otros conocimientos… es un vicio solitario.
La literatura es importante para el ser humano por dos cosas: uno, porque te abre mundos, te abre puertas; y dos, porque exige a la mente que elucubre, aceitea la mente, cosa que no sucede con los nuevos medios de acceso a la información y a la comunicación.
— Es evidente que, en general, la enseñanza de la literatura, como asignatura, está de capa caída en nuestro sistema educativo. ¿Tiene alguna idea de cómo se podría revertir esta situación?
Hay que volver a la literatura lúdica, además hay que estimular a los niños y jóvenes desafiándolos, porque están desarrollándose, se está creando una mente, y una linda forma es a través del juego y el desafío.
— Frente al desarrollo de las TICs, ¿cree que el libro desaparecerá como formato físico?
Creo que todavía va a pasar una generación más antes de que esto suceda. Pero tiene que llegar el momento, como también desapareció el pergamino, No es el caso, en la música, del vinilo, que en realidad no ha desaparecido, sino que otra vez está en auge, porque se dice que tiene más fidelidad que el CD.
Volviendo al tema, creo que las tecnologías y la protección al medio ambiente, seguramente llevarán a que se imprima menos papel y sea todo más digitalizado.
— ¿Cuáles son los géneros literarios de tu preferencia?
La novela histórica. Desde muy chico he sido fanático de la novela histórica, siempre me ha gustado. También me gusta la ficción, como creación de mundos o escenarios o hechos que sólo suceden en la mente de un autor y los transfiere a una obra. Después me gusta la biografía y la historia.
— ¿Cuándo y cómo se inició en la literatura?
Desde muy chico he sido muy afecto a la lectura, me debo leer entre 70 a 75 libros al año.
Luego de ejercer durante 20 años mi profesión como economista, me propuse dedicarme a escribir, y así lo hice.
— En su caso, ¿cómo se da el proceso creativo?
Me viene la idea y comienzo a buscar lo que tengo sobre esa idea, en mi propia biblioteca, en hemerotecas, en bibliotecas particulares, donde me alimento.
Tengo la facilidad de que se me arma un esquema, ya sé por dónde va a ir, y luego es ponerle carne a ese esquema. Yo me divierto escribiendo, para mí no es un esfuerzo.
Cuando estoy escribiendo, me siento en el lugar. Por ejemplo, en “Los Constantinopolitanos”, transcurre en Vizancio —la antigua Estambul—, en Venecia, en Florencia, en Roma, en Sevilla, lugares a los nunca he ido, pero me siento en el ambiente, siento el calor, o la humedad, o el mar, me recreo en el lugar. En el caso de los personajes, me pongo en la piel de ellos. En general no soy un escritor metódico, con horarios definidos.
— El concepto “novela histórica” parece ambiguo, porque la literatura se despliega en el ámbito de la ficción, en cambio la historia, en el devenir de los pueblos y de la raza humana.
Es la historia novelada, a través de sucesos históricos donde pueden intervenir personajes ficticio o sucesos ficticios donde pueden intervenir personajes reales. El arte de eso está en que lo que se escriba sea coherente y verosímil. Yo creo, y varios me han dado la razón, que la mejor manera de estudiar historia es a través de la novela histórica.
En Bolivia, no conozco a nadie que se dedique actualmente a este género. A nivel internacional, Umberto Eco es uno de los maestros de la novela histórica, “El nombre de la rosa” es el paradigma de la novela histórica. Valerio Manfredi es otro brillante novelista histórico.
— ¿Cuál es su próxima publicación?
Ya está en prensa mi nueva obra, editada por Los amigos del libro y con el apoyo de Los Tiempos, es una crónica novelada, se llama “El médico y el aventurero”, se desarrolla en Sacambaya, y donde mi buelo, César Adriázola, el primer psiquiatra en Bolivia, que además estudió con Karl Jung, tiene un papel protagónico. El próximo mes está prevista la presentación. Y he empezado una nueva obra, que está ambientada en Bolivia entre 1932 y 1946.
Fuente: Lecturas