04/17/2013 por Marcelo Paz Soldan
Mario Frías Infante escritor y traductor «Luego de leer ‘La Odisea’, uno ya no es el mismo»

Mario Frías Infante escritor y traductor «Luego de leer ‘La Odisea’, uno ya no es el mismo»

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Mario Frías Infante escritor y traductor «Luego de leer ‘La Odisea’, uno ya no es el mismo»
Por: Michel Zelada Cabrera

Mario Frías Infante defiende un derecho que él considera fundamental: es el de informarse y formarse de la manera más adecuada a través de los libros. Si uno va a emprender la lectura de un texto, éste debe estar elaborado con tal perfección que su contenido debe afectar tanto emocional como intelectualmente al lector.
Y es con esa premisa que Frías emprendió la traducción de “La Odisea”, de Homero, desde hace ya 30 años. Un trabajo arduo, “el griego, y más aún el griego clásico, es un idioma difícil porque hay vocablos que ya no se utilizan”, aseguró.
Frías, especialista en filología clásica, tradujo directamente del griego esta obra clásica en la editorial Santillana. El ejemplar, que incluye 250 notas de contexto que ayudan a entender mejor la obra, ya circula en el país y la presentación en Cochabamba será el próximo jueves.
El autor del libro cuenta, en esta entrevista, detalles de cómo se originó y consolidó la traducción de este clásico universal.
¿Qué características puede mencionar de esta traducción de “La Odisea” que la diferencien de otras?
Está enriquecida con una serie de instrumentos que facilitan la lectura de la obra. No solamente del estudiante, sino del lector en general. Hay que tener en cuenta que “La Odisea” y “La Ilíada” fueron hechas en el siglo VII antes de nuestra era, y están refiriéndose a un mundo de varios siglos anteriores a la época que se compuso.
Eso implica una cosmovisión muy distinta a la nuestra, de personajes, dioses, héroes para nosotros totalmente extraños. Se citan lugares y sitios que ya no existen y no se relacionan con la geografía actual.
Hay muchos lugares que no existen, que son imaginados por el autor. Es necesario que todas estas referencias sean explicadas al lector. Y eso lo hago con notas complementarias, que llegan a 250, que van aclarando esos aspectos.
¿Por qué es importante para el lector contemporáneo una obra como “La Odisea”?
Porque es una obra clásica. No de moda y tiene igual valor en cualquier lugar del mundo. Mantiene la esencia del ser humano. Todo ser humano, al leer esta obra, va a encontrar que los personajes y los episodios que se narran en ella tienen que ver con la naturaleza esencial del hombre.
El amor, el odio, la amistad, la gratitud, la fidelidad, la perseverancia, el dolor y otros sentimientos son realidades que nosotros vivimos.
Quién en este tiempo no vive una situación de angustia; quién no siente amor. Son aspectos que pertenecen a la naturaleza humana y aparecen en los personajes de “La Odisea”. Una persona, luego de leer “La Odisea”, ya no es la misma.
Ocurre que en los colegios la lectura de “La Odisea” es obligatoria, y los alumnos no lo hacen con mucho entusiasmo. ¿Qué recomienda a los maestros para revertir la situación?
A veces no hay más remedio que imponer la lectura obligatoria porque está en los programas escolares. Pero ahí viene lo importante: la acción del profesor. El hecho de ordenar la lectura ya implica cierta resistencia en el estudiante. La lectura de esta obra debe ser una asistida, de modo que el profesor les dé todo el contexto geográfico, de cuándo fue creada, por qué fue creada. La lectura debe ser pausada y reflexiva.
Además de la existencia de ediciones piratas, entre estas hay ciertos resúmenes hasta de 30 páginas de “La Odisea” y que leen los estudiantes. ¿La lectura de estas ediciones produce el mismo efecto que, por ejemplo, la edición de su traducción?
Es una pena, lamentablemente en este caso hay una ley que no se cumple en el país. En otros países la piratería está severamente castigada. En cuanto a las ediciones de resumen, hay algunas que reducen la obra hasta a un 20 por ciento. Le quitan una serie de cosas importantes. A veces por el precio o porque el profesor quiere facilitar a los alumnos, éstos terminan leyendo estas ediciones y es una pena… es un acto criminal. Pienso que el alumno tiene todo el derecho de tener acceso a una obra de esta naturaleza y beneficiarse, y el profesor que le quita le está quitando un derecho. Quienes hacen esas ediciones están atentando a los derechos fundamentales de la persona. Ahí deberían intervenir las autoridades y controlar eso. Tiene que haber alguna forma.
No es solamente el dinero que pierde el autor por la piratería. Personalmente el tema del dinero no me interesa, sino me dedicaba a otra cosa. Esto pasa a segundo lugar con relación al derecho que tiene el educando, que es la persona que se prepara para la vida.
Fuente: Los Tiempos