La película de Fogwill
Por: Ivan Thays
Javier Rodríguez Marcos nos anuncia en su blog “Letra Pequeña” que esta tarde en España podrán ver la película de Gustavo Mota “Fogwill. El último viaje”, dedicada al gran escritor Rodolfo Fogwill, muerto hace unos años. Ojalá pronto caiga por acá. La entrada además recomienda la lectura de la carta que su hija, Vera, escribió luego de la muerte de padre. Y un video curioso: una publicidad de Coca Cola Light donde Fogwill lee el poema “Llamado por los malos poetas” (comercial dirigido por su hijo Andy).
Dice la nota:
Hubo una vez un escritor argentino que fotografiaba la velocidad. Se llamaba Rodolfo Enrique Fogwill pero firmaba sus libros con su apellido, a secas. Algunos de esos libros están entre lo más singular de la literatura latinoamericana reciente si todas esas palabras –latinoamericana, literatura, reciente, singular- sirvieran para decir algo sobre una obra tan escurridiza como su propio autor.
Esta tarde, a las 19:30 y en la sala Iberia de la Casa de América de Madrid tendrá lugar el preestreno de Fogwill. El último viaje. Dirigido por Gustavo Mota, el documental es un retrato del escritor a partir de una impagable conversación con él –que no tenía pelos en la lengua- y de los testimonios de gente que lo trató tanto en la Argentina como en su última visita a España: Leila Guerriero, Rodrigo Fresán, Andrés Neuman, Patricio Pron, editores, periodistas…
“Uno escribe bien cuando se convence”, dice Fogwill en la película. “Con 20 convencidos ya es escritor. Con 20 se monta una mafia”. ¿Su fórmula secreta? “86{1daedd86537fb5bc01a5fe884271206752b0e0bdf171817e8dc59a40b1d3ea59} de rabia. 14{1daedd86537fb5bc01a5fe884271206752b0e0bdf171817e8dc59a40b1d3ea59} de emociones confusas. Solo puedo escribir en contra”. En el fondo, puede que el secreto de su prosa resida en el hecho de que él es un poeta: “La poesía la escuchás bailándola. La prosa la escuchás pensándola”.
“Cuando le pedí entrevistarlo”, explica Mota, “me preguntó y vos quién sos. Le contesté con mi nombre: Gustavo Mota y él me interrumpió, me dijo: ‘No es lo mismo una mota de polvo que un polvo de Mota’. Le comenté que me recordaba a mi padre por el Seretide que tomaba y él me contestó, preguntando: ‘Cuántas veces se ha caído tu padre… estas drogas te curan el pulmón pero te destruyen los huesos’. A partir de ahí se estableció un diálogo en torno a la enfermedad y las drogas. Esa conversación se dio sin cámaras, pero sirvió para que al día siguiente grabáramos ese transcurrir que es el encuentro con él”.
En la película se habla mucho de los hijos y Mota habla también de ellos -o de uno, él- para explicar el origen de su documental: “Se me ocurrió porque lo he vivido como una deuda con él. Al final del encuentro con Fogwill me pidió que lo visitase en Buenos Aires y no lo hice. Se me ocurrió porque, como aparece en el reportaje documental, la figura de mi padre influyó mucho para ese encuentro con Fogwill; era una necesidad de establecer un diálogo con la figura paterna, esa que se ama y se rechaza; enorme y profunda, como solo el amor es capaz de odiar”.
Aquí la publicidad con voz en off del poema (recortado) de Fogwill:
Fuente: Web de Ivan Thays