Los espíritus de la muerte: el secreto de la resistencia en Lluvia de piedra de Rodrigo Urquiola Flores
Por Marcelo Paz Soldán
Be silent in that solitude
Which is not loneliness – for then
The spirits of the dead who stood
In life before thee are again
In death around thee –and their will
Shall overshadow thee: be still.
Spirits of the dead
Edgar Allan Poe
Rodrigo Urquiola ganó el V Premio de Escritura Dramática Adolfo Costa du Rels, el 2010, con El Bloqueo. El 2011 fue finalista en el Concurso Nacional de cuento Adela Zamudio con Conversación en el desierto que narra el encuentro de un soldado boliviano y uno paraguayo en la Guerra del Chaco. Ambos debían aniquilarse por el bien de sus respectivas patrias. Eran dos seres despojados, sucios, sedientos y hambrientos frente a frente. El delirio del uno tranquilamente podía verse reflejado en el del otro. Y conversaron, sentados, el uno frente al otro. A pesar de sus diferencias, no dejo de pensar en las referencias con el genial cuento de Augusto Céspedes, La paraguaya.
Lluvia de piedra (Alfaguara, 2011), la nueva novela de Rodrigo, es un guiño generacional a El círculo de Oscar Cerruto, que trata sobre Vicente que regresa a su pueblo dos años después en busca de Elvira, con quien se encuentra, pero ella, se entera después, había muerto tres meses atrás. Hay una zona de la conciencia que se toca con el sueño, o con mundos parecidos al sueño. Creía estar pisando esa zona, esa linde a la que los vapores azules del alcohol nos aproximan. Y con la misma dificultad del ebrio o del delirante, su espíritu luchaba con discernir la realidad.
Lluvia de piedra trata de Esteban, un hombre viejo que vive en Antofagasta, Chile, y después de un fallido intento de suicidio decide regresar a la casa deshabitada de sus padres en La Paz, Bolivia, para darse una segunda oportunidad y tratar de encontrar la causa de sus problemas. Al llegar a la estación central lo recibe Marianela, un amor de juventud, muerta hace cuarenta años; sin embargo, ella desaparece.
La casa de los padres de Esteban se localiza en Santa Fe, un barrio alejado de La Paz, circundante con las montañas. Al llegar a su casa se encuentra nuevamente con Marianela que le reclama por una promesa del pasado que él no pudo cumplir y su presencia le trae recuerdos hace tiempo perdidas.
Esteban sueña de manera recurrente con Marianela, o la imagina, algo que dentro del psicoanálisis Freudiano a nivel objetivo sería la relación del que sueña con las personas o situaciones de su vida real. Esteban sueña –o imagina– a Marianela de manera obsesiva ya que ella es la única que lo puede redimir y dar la tranquilidad que tanto busca. Pero esto aún no lo sabe Esteban, es su subconsciente el que busca obsesivamente a Marianela y la hace soñar con ella hasta tal punto de volverla real.
Carl Jung, por su lado, incorpora para la interpretación de los sueños el nivel subjetivo que revelan de forma simbólica algunas características individuales de la vida psicológica del que sueña o transformaciones psicológicas internas. De esta forma los sueños se vuelven indicadores de esos cambios que muestran el desarrollo del proceso de individualización.
Así, el sueño recurrente de Esteban con Marianela y su continua desaparición no es una evocación de la verdadera Marianela, sino la búsqueda de su psique de redención que lo lleva a indagar en Santa Fe el origen de sus problemas. Sabe que el perdón no lo va a encontrar en Antofagasta, sino en Bolivia, en La Paz, en Santa Fe, en Marianela.
El método del sueño Freudiano es retrospectiva, es decir, se refiere principalmente a eventos pasados situados en la juventud del que sueña (trauma psicológica, fijaciones sexuales y deseos, y así). Mientras que el método del sueño de Jung es prospectivo al tratar el sueño como un mapa de la evolución psicológica del que sueña que lo llevará a una vida más equilibrada. Esteban deberá recorrer su pasado, enfrentar sus traumas, como la muerte de Marianela e identificar la causa de sus angustias para que una vez resueltas pueda buscar en paz su propia muerte.
Los problemas juveniles que enfrenta Esteban se reflejan en lo que hace su inconsciente con ellos. Es así que sus problemas no resueltos se vuelven materia prima de sus sueños que es el lenguaje en la que se expresan. El derrumbe de su casa, la desaparición definitiva de Marianela, el pedir perdón son los elementos claves que le permiten a Esteban regresar en paz a Antofagasta. Lluvia de piedra está escrita por un narrador que está dando que hablar con justificadas razones.
Fuente: Ecdótica