La conspiración de los viejos de Homero Carvalho
Por: Claudio Ferrufino-Coqueugniot
La conspiración de los viejos, de Homero Carvalho Oliva, es uno de esos textos perfectos que dejan al lector satisfecho del desenlace y sin embargo inquieto. Toca las cuerdas íntimas de lo que se considera justo y lo que se sostiene aceptable, mientras por un resquicio de la lógica penetra el exordio de la duda.
Como su autor mismo sugiere, hay alguna circunstancia referencial que lleva hacia la Fuenteovejuna de Lope de Vega, que no es más que la presentación de un lugar común: cuándo, dónde y cómo podemos erigirnos en jueces por encima de la ley. Homero lo actualiza y lo sitúa en un momento histórico de Bolivia donde asunto tal ha alcanzado visos de legalidad constitucional.
¿Libro policial o texto psicológico? Ambos, en deliciosa narrativa de matices cuidados y adecuados que retratan vívido el Beni, a través de un grupo de viejos decidiendo cierta muerte, tanto en acto de justicia como de cariño y solidaridad. En parte crónica de muerte anunciada aunque con absoluta independencia y sutil, a la vez que personal, manejo del lenguaje local y el entramado.
Homero Carvalho consigue en esta nueva obra la rotundidad del círculo. Si hay hilos que quedan luego del epílogo son de índole privada y subjetiva para cada lector. El argumento como tal se ha consumado, cerrado, ha caído el telón, se cometió crimen o se hizo justicia. Ya no importa: es decisión de usted. Lo válido está en la pericia matemática y la vitalidad plástica con que el autor nos regala las páginas de una pequeña obra maestra.
Fuente: Ecdótica