J. D. Salinger, Recluso Literario, muere a los 91
By Charles McGrath para NY Times
Published: January 28, 2010
Traducción libre de: Marcelo Paz Soldán
J. D. Salinger, fue considerado uno de los principales escritores norteamericanos en surgir después de la segunda Guerra mundial pero dio su espalda al éxito y la adulación, convirtiéndose en el Garbo de las letras, famoso por no querer ser famoso, murió el miércoles en su hogar de Cornish, N.H., donde vivió recluido por más de 50 años. Tenía 91 años cuando murió.
El representante literario de Salinger, Harold Ober, anunció la muerte diciendo que fue de causas naturales, a pesar de haberse roto la cadera en mayo pasado. La agencia comentó: “su salud estaba excelente hasta un repentino bajón después de año nuevo. No estaba con dolores antes o en el momento de su muerte”.
La reputación literaria de Salinger se basa en la enorme influencia de su novela El cazador en el centeno la colección Nueve historias y dos compilaciones, cada una con dos historias largas acerca de la familia Glass: Franny y Zooey y Raise High the Roof Beam, Carpenters y Seymour: Una Introducción.
El cazador en el centeno fue publicada por primera vez en 1951, y su primera oración, recaló como una nueva nota en la literatura norteamericana: “Si tu realmente quieres oír acerca de eso, la primera cosa que quizá quieras saber es dónde he nacido y como fue mi desastrosa niñez, y cómo mis padres estaban ocupados y todo antes de tenerme, y toda esa mierda tipo David Copperfiel, pero no me siento como para hablar de ello, si quieres saber la verdad (“If you really want to hear about it, the first thing you’ll probably want to know is where I was born and what my lousy childhood was like, and how my parents were occupied and all before they had me, and all that David Copperfield kind of crap, but I don’t feel like going into it, if you want to know the truth.”)
No todos, sin embargo, pero muchos profesores y libreros especialmente, no sabían que hacer con El cazador en el centeno pero esta novela se volvió instantáneamente en un best seller, y su narrador y personaje principal, Holden Caulfield, un adolescente recientemente expulsado de la escuela se convirtió en el truante americano más conocido desde Huckleberry Finn.
Con una voz cínica y vernacular (las dos expresiones favoritas de Holden’s son falso -“phony”- y caramba -“goddam”-), con un conocimiento simpatético de la adolescencia y su fiereza y su alienado sentido de la moral y desconfianza del mundo adulto, la novela golpeó en el nervio de la guerra fría americana y pronto adquirió un estatus de culto, especialmente entre los jóvenes. Leer El cazador en el centeno era considerado un rito esencial.
El encanto de la novela persiste hasta nuestros días, a pesar de que las preocupaciones de Holden parecen actuales, continua vendiendo cientos de copias cada año. Mark David Chapman, quién asesinó a John Lennon en 1980, incluso dijo que la explicación para su acto se encuentran en las páginas del El cazador en el centeno. En 1974 Philip Roth escribió, “La respuesta de los estudiantes de colegio al trabajo de J. D. Salinger indica que él, más que cualquiera, no le ha dado la espalda a los tiempos pero ha podido señalar con el dedo cualquier pelea que tuviera significancia de hoy en día entre uno mismo y la cultura” …
En 1953, Salinger quien vivía en la calle 57th Este en Manhattan, dejó el mundo literario y se mudó a una propiedad de 90 acres en las Colinas de N.H. Parecía que estaba cumpliendo el deseo de Holden de crearse a si mismo: “una cabañita en algún lugar con el dinero que hice y vivir ahí por el resto de mi vida” lejos de “cualquier estúpida conversación con cualquiera”.
Para leer Muerte de un soldado americano, una traducción de Bartolomé Leal en exsclusiva para ecdótica pulse aquí
Fuente: NY Time