Minimalismo narrativo
Por: David Mamani Cartagena
Todos los críticos coinciden en afirmar que la prosa de Alejandro Zambra se debe a su poética precedente. Algunos retratan sus textos como reseñas de los mismos. Ha publicado dos poemarios y dos novelas. Estas últimas no superan las 100 páginas en su contenido cada una. En el caso de los poemarios por ejemplo, Bahía Inútil de 1998 (Ediciones Stratis), figura con un tiraje de 250 ejemplares. Zambra se convierte en un autor de culto si indagamos su bibliografía primeriza. El juicio se confirma al corroborar que este autor como otros contemporáneos, parecieran no existir en las listas de las librerías de la ciudad.
En cuanto a novelas, Zambra ha publicado con Anagrama (editorial española), que este 2009 cumple 40 años de independencia. Figura como el tercer autor chileno (después de Roberto Bolaño y Pedro Lemebel) que escribe para la prestigiosa firma, quien llegó a la misma por azar, enviando el manuscrito de Bonsai (2006) vía correo postal a raíz del poco interés por publicarse en su país natal.
Bonsai es una novela corta o un cuento largo. En un párrafo del último capítulo, la historia se resume así: “Al final ella muere y él se queda solo, aunque en realidad se había quedado solo varios años antes de la muerte de ella, de Emilia. Pongamos que ella se llama o se llamaba Emilia y que él se llama, se llamaba y se sigue llamando Julio. Julio y Emilia. Al final Emilia muere y Julio no muere. El resto es literatura”.
Esa frase “el resto es literatura” parece un baldón al común de los escritores. Aquellos que se extienden con la palabra y esperan ganar un premio. Al momento de publicar su segunda novela, La vida privada de los árboles, su editor Jorge Herralde declaraba: “Ya sabe que se le espera, como es de rigor, con los cuchillos afilados”.
Bonsai como La vida privada de los árboles (2007) resultaron ser “la gran novela chilena” para el pesar de sus pares. La hostilidad se ahondó y la revancha de los escritores se tornó tensa con respecto a la obra de Zambra, si se toma en cuenta que el autor empezó escribiendo reseñas de libros en Las Últimas Noticias (1) y The Clinic (2), destacando o ninguneando a autores nacionales como extranjeros.
El próximo viernes 11, Zambra llega a Santa Cruz y dictará una conferencia titulada “De novelas ni hablar”, en el Centro Simón I. Patiño. Después de su fallida visita en mayo pasado, será el momento propicio para introducirnos a su obra como a su postura radical en cuanto al estilo de escribir. Mientras tanto conversamos con él.
Es curioso preguntarte por tus libros porque en Bolivia no es fácil acceder a los mismos. Primero se conoce al autor por la red y con suerte la conferencia que brindarás el viernes. ¿Qué opinas de este fenómeno, de conocer primero al autor antes que a su obra?
AZ: Es el mundo al revés, claro. Conocer al autor es absolutamente innecesario.
La primera referencia que tenía de vos vino de un amigo escritor, indicaba que con la obra que publicaste ya te alcanzaba. ¿Crees estar en el cenit de tu carrera?
AZ: El juicio de tu amigo es muy generoso. No creo que sea así. En verdad no creo en los avances y tampoco en los retrocesos. Escribes en silencio. A veces apareces, a veces desapareces, eso es todo.
Has ejercido la crítica en diferentes publicaciones, ¿aceptarías realizar una autocrítica de tu obra?
AZ: No releo mis libros, pero escribo otros. Supongo que escribes otros libros porque los que escribiste ya no te sirven. Porque lo que necesitas decir ha cambiado.
Bonsai, tu primera novela nació de un poema a la prosa. ¿Cómo se dio el proceso de escritura, la adaptación?
AZ: Fue un proceso muy largo, que se cumplió cuando me resigné a la falta de poesía. En ese tiempo yo escribía o quería escribir poesía, que es algo que hace el noventa por ciento de la población chilena.
Al respecto de Bonsai, en tu país se armó una polémica por el contenido minimalista que apabulló a los grandes escritores chilenos que esperaban escribir la próxima gran novela chilena, aludiendo a un artículo de Rafael Gumucio. ¿Tienes alguna opinión?
AZ: Yo creo que la polémica sucedió más bien porque el libro fue publicado en Anagrama. Fue un tiempo muy ruidoso y molesto. No era una discusión literaria.
Tu relación con la poesía es más cercana que con la narrativa. ¿Dónde te sientes más seguro?
AZ: Nunca me siento demasiado seguro. Lo que más me gusta es leer. Ahora, al escribir, en realidad boceteo sin pensar demasiado en géneros literarios. De ahí sale un poema o una narración, según el ritmo, según la deriva de alguna imagen.
¿La crítica literaria supone una formación previa o paralela para escribir (complementaria)?
AZ: No lo sé. En mi caso comencé a hacer crítica porque era un trabajo, uno de los pocos trabajos disponibles para un licenciado en literatura. De algún modo todos los escritores hacen crítica, dejan ver sus preferencias, ahondan en aquello que les interesa.
En la poesía como en la narrativa, ¿a quienes recomendarías leer (títulos y autor)?
AZ: Uf. A muchos, muchos. Para no cansar a nadie, recomiendo solamente El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati, una de las mejores novelas que he leído, y en poesía, ya que estamos acá, Recorrer esta distancia, de Jaime Sáenz, un poeta tremendo.
¿Qué opinas sobre el soporte digital en la literatura? (escribir en blogs por ejemplo)
AZ: Me parece favorable, sobre todo en países como los nuestros, en los que es tan difícil acceder a los libros.
Entre tus proyectos recientes figuraba tu libro de ensayos La literatura de los hijos, una novela pendiente, y la versión película de Bonsai dirigida por Cristian Jiménez ¿ya salieron a la luz?
AZ: Sigo en la novela y en ese ensayo sobre la literatura de los hijos. La película es asunto de Cristián Jiménez, un cineasta que acaba de estrenar en Chile “Ilusiones ópticas”, una película bellísima. No es un proyecto mío. Que él haga lo que quiera. Estoy seguro de que la película será mejor que el libro.
Una pregunta no literaria. ¿Podrías comentar el momento político que vive tu país a días de los comicios? El caso de Marco Enríquez-Ominami, candidato y fundador de la publicación The Clinic.
AZ: Enríquez-Ominami no fundó The Clinic y yo no creo que haya fundado ni funde en el futuro nada demasiado duradero. El momento que vivimos es muy complejo, pues hay un Berlusconi a la chilena a punto de llegar al poder y seguramente gobernará con la UDI, un partido pinochetista en que milita el sector más conservador e intransigente de la sociedad chilena. Mi candidato, Jorge Arrate, es el candidato de la izquierda verdadera, y seguramente, lamentablemente, no pasará del 10{1daedd86537fb5bc01a5fe884271206752b0e0bdf171817e8dc59a40b1d3ea59}. Pero ha construido nuevos cruces, ha dado cabida a ideas nuevas en su campaña, y creo que ese proyecto tendrá continuidad.
¿Qué esperas de tu visita el próximo 11 del presente y el por qué postergaste la primera en ocasión de la Feria Internacional del Libro?
AZ: Postergué mi visita por una enfermedad que yo creía que era real pero era imaginaria. Bueno, es real, se llama hipocondría. De la visita actual espero conversar con amigos viejos y amigos nuevos y caminar mucho.
(1) (2) Diario y semanario chileno
Dossier de Alejandro Zambra para conocer su obra: http://www.letras.s5.com/archivozambra.htm
Fuente: AlmaZen