08/31/2021 por Sergio León

Carta de respuesta a la nota: Los jóvenes bolivianos beben ron en su tumba: Jaime Sáenz, el poeta de culto que luchó contra el alcohol hasta el final

CARTA ABIERTA

A: Diario digital Infobae

     Hinde Pomeraniec, editora de Cultura

     Diego Rojas, periodista de Cultura

En respuesta pública a la nota del 22 de agosto, de Diego Rojas, en el periódico digital Infobae, la familia materna de Jaime Saenz, expresa su rechazo y protesta a la calificación de Jaime Saenz como “nazi”, además de otras aseveraciones que no corresponden a la realidad y dado que se obvió la solicitud del derecho a réplica o aclaración que todo medio debe ofrecer.

Justificar lo escrito estableciendo como fuente una crónica, no documentada, de dos de los traductores de la obra de Jaime Saenz, producto de su visita a Bolivia, cuando conocieron a algunas personas del entorno del autor y tuvieron algunas conversaciones, es absolutamente irresponsable e insuficiente ya que no sólo repite supuestos testimonios que podrían no ser ciertos sino que los corta y manipula.

Nombrar los méritos académicos y corroboraciones de personajes que afirman lo mismo, tampoco es válido como fuente periodística. O acaso ser académico es garantía para referirse a la vida de otros en términos absolutos?  Más bien, debió recurrir a esas fuentes para hablar de la obra de Jaime Saenz en vez de hacer escarnio de aspectos de su vida privada.

Es más, Jaime Saenz fue autodidacta, y cuando la misma nota menciona que gracias a sus amigos le “otorgaron” una cátedra, hay reconocer que para obtenerla dio un examen de mérito.

Una de las supuestas pruebas para justificar la aseveración más grave, es la fotografía que compartió la hermana de Jaime Saenz, cuando él estuvo en Alemania, sin ni siquiera investigar que el uniforme que lleva en la misma, es el del ejército alemán. El atuendo no corresponde al de los grupos nazis Sturmabteilung (SA) o Schutzstaffel (SS).

La realidad es que cursando su bachillerato, por convenio entre los gobiernos boliviano y alemán, realizó su servicio militar en Alemania entre 1938 y 1939, junto a otros jóvenes. Jaime Saenz jamás perteneció al partido nazi (Der Deutch Heer), ni a las juventudes hitlerianas, lo que lo convertiría en un “nazi” y deberían demostrar todos quienes afirman tal aberración. Tampoco existe fuente para justificar la mención de que Erika, su esposa, militaba o coordinada al partido nazi en Bolivia, del cual nadie tiene conocimiento. Al respecto, existe una investigación amplia y ninguno de los dos estuvo vinculado ni siquiera con organizaciones simpatizantes del nacismo.

Si de política se trata, Jaime Saenz participó en la Revolución Nacional de 1952, fusil en mano, junto a obreros, mineros y campesinos. Fue militante temporal del Partido de Izquierda Revolucionaria (P.I.R) cuando ese partido confrontó al fascismo boliviano y escribió para la revista Masas del Partido Obrero Revolucionario (P.O.R).

Sin embargo, esos fueron sucesos circunstanciales, Jaime Saenz prefirió habitar la calle, ser amigo de los aparapitas y de hombres y mujeres de diversas condiciones humanas y sociales, confrontar su consumo adictivo de alcohol y escribir.

Destacar episodios de la vida del poeta a través de elucubraciones falsas es perderse en el morbo sensacionalista que algunos llaman periodismo.

Ninguna decisión que Jaime Saenz tomó en su vida resta mérito de quién fue y de lo que produjo. Para conocerlo sólo hay que acercarse a la fuente primaria que es su obra a la que dedicó toda su vida.

La Paz, 30 de agosto de 2021