En Bolivia, le debemos mucho a la comunidad judía
Por Cindy Soliz Villegas
Basada en un drama de la vida real, Esther [Nuevo Milenio, 2021] revive las historias -en tiempos excepcionales- de tres refugiados judíos que huyeron de su país para evitar el horror del holocausto. Su autor, el escritor cochabambino Raúl Rivero Adriázola, hizo la investigación histórica y se sumergió en varios testimonios para escribir esta novela, que ya está a disposición de sus lectores.
– Cuéntenos sobre su nueva obra. ¿Por qué el título Esther?, ¿qué encontrarán los lectores en las páginas de esta obra?
Esther es una novela que recrea la inmigración de judíos europeos a Bolivia, a fines de los 30 y principios de los 40, signada por la persecución nazi. El lector se encontrará con los duros avatares que enfrentaron los protagonistas en sus países de origen y al llegar a una tierra absolutamente desconocida, con costumbres muy diferentes a las que conocieron y con las que se educaron en Europa. Es una historia de sufrimiento y esperanza, de tragedias y triunfos. Ambientada en Berlín, Hamburgo, Múnich, Viena, París, Génova, Tolón, Arica, La Paz, Cochabamba y los Yungas paceños, seguimos los pasos de los hombres y mujeres que viven y hacen viva la obra.
A la protagonista central, alrededor de quién gira la trama, la he bautizado Esther, que es un nombre con mucho simbolismo en la tradición histórica y religiosa judía.
– ¿Cuál fue la motivación que lo impulsó a escribir este libro?
En Bolivia, le debemos mucho a la comunidad judía. A pesar de haber llegado prácticamente sin centavo en los bolsillos, con su educación, su fe, su perseverancia, su solidaridad y su enorme fuerza de voluntad, han dejado profunda huella humana y empresarial, de la que hoy gozamos los bolivianos. Por eso, es justo que conozcamos por qué vinieron y cómo fueron sus primeros años en esta tierra que les acogió con mucho recelo, pero sin el violento rechazo que sufrieron en otros lugares de acogida. Al sumergirnos en su día a día, en sus anhelos, sus amores, sus odios, etc., los vemos como los seres humanos que eran. En definitiva, como advierto al comenzar mi novela, éste es un homenaje a lo sufrido y construido por esos seres humanos, parte de un pueblo tan admirable y singular.
– La novela está basada en hechos reales, ¿cuál es su cercanía con estas historias?
Tengo mucho aprecio y admiración por la colectividad judía y me precio de tener en ella excelentes amigos; de los que puedo destacar en lugar especial a Werner Guttentag que, a pesar de que nos separaba la edad, fue un maestro y amigo entrañable. Y de algunos de estos amigos fue que escuché las tramas que traspaso a mis personajes; en algunos casos, respetando incluso sus nombres verdaderos.
– Tuvo que transportarse a décadas pasadas para escribir este libro, ¿cómo describe este proceso?
Mi especialidad en la ficción es recrear la historia, o sea, que fue un muy satisfactorio paseo por los lugares y los momentos en que está ambientada ‘Esther’, trayendo al papel a personajes y sucesos históricos y haciéndolos interactuar con los que protagonizan la novela. Ese entreverar realidad y ficción, buscando que el transcurrir de la trama sea ameno y creíble, es el mayor y, a la vez, más divertido desafío que encaro al sentarme a escribir.
– ¿Podría compartir alguna anécdota relacionada con la época en la que escribió esta novela?
Una parte de la trama se originó en la historia que me fue contada por el nieto de una de las protagonistas. Como su relato sufría de muchas lagunas, me obligó a rastrear la vida de un famoso músico brasileño, objeto de varias biografías y películas, lo que daba poco margen para incorporar detalles de lo que creímos que pudo ser su relación con la protagonista; espero haber salvado sin baches esa dificultad.