10/01/2008 por Marcelo Paz Soldan
La influencia de Santa Cruz en la narrativa boliviana

La influencia de Santa Cruz en la narrativa boliviana

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Madre de las criaturas literarias la ciudad
Por: Marcelo Suárez Ramírez

Como parte de la serie ‘Ser cruceño en el siglo XXI’ consultamos a escritores locales de qué manera influye la Santa Cruz de hoy en su obra. Algunos la ven como un escenario más para construir historias y para otros es una gran fuente de inspiración.
En una metrópoli donde confluyen el ruido y la calma, la risa y el llanto, todo es posible. Basta con detenerse en una esquina para comprobar que esta ciudad no sólo tiene infinitas caras, sino también sonidos, colores, olores y sabores.
Como una especie de gran tragicomedia, la vida en Santa Cruz de la Sierra transcurre intensamente al ritmo de los tiempos modernos.
Dentro de este panorama, un escritor puede encontrar al mismo tiempo terrenos fértiles para la inspiración y el desarrollo de la creatividad, como también puede verse bloqueado totalmente por una asfixiante realidad que supera a cualquier ficción.
Como parte de la serie ‘Ser cruceño en el siglo XXI’ consultamos a cuatro escritores locales de qué manera ha influido la Santa Cruz de estos tiempos en su obra.
Influencia
Óscar Barbery opina que la Santa Cruz del siglo XXI, por ser recién nacida, aún no influye en ninguna obra, pues en muchos autores aún persiste la Santa Cruz del siglo pasado. “En mi obra influye su condición de ‘ciudad universal’ con particularidades de aldea, que nos alberga”, expresó Barbery.
De similar forma piensa Maximiliano Barrientos, que dijo no estar seguro si una ciudad puede influir de alguna manera específica en la escritura, pues para él influyen las situaciones vitales. “La ciudad, en todo caso, es un contexto, un espacio donde sucede eso otro que sí determina la obra. No me preocupa narrar la ciudad, cosa que está presente en muchos escritores bolivianos, especialmente en los paceños”, aseguró.
Por su parte, Róger Otero Lorent, nieto del célebre poeta cruceño, Raúl Otero Reiche, manifestó que la influencia que tiene de Santa Cruz es ancestral, sanguínea, bibliográfica y sentimental. “Me cuesta hacer a un lado el pasado siglo porque Santa Cruz es una ciudad en constante desarrollo. No puedo mirar sus carreteras sin recordar los pozos que existían debajo. En mi obra mi registro lingüístico es cruceño, prefiero el voceo acompañado de terminologías estándares”, dijo Otero.
A su vez, Giovanna Rivero indicó que a diferencia de otras sociedades que se han instalado en la modernidad con un proceso más largo, Santa Cruz entra a zancadas. “Este vértigo marca la estética de mi narrativa. Una ciudad no siempre está presente como tópico espacial en una obra, a veces la impregna con su temperamento. Creo que Santa Cruz le ha dado el temperamento a mi escritura”, dijo Rivero.
Barbery expresó que los anillos de circunvalación y las radiales radio concéntricas de esta ciudad se constituyen en una particularidad intensa para la literatura. “No menos intenso es su contenido: ese fenómeno sociológico de su transformación de aldea de 50.000 habitantes en una ciudad de 1.500.000 habitantes en sólo 60 años”, dijo el autor de Crónicas anilladas.
Barrientos insiste en el carácter universal de una narración: “Pienso en Manhattan, de Woddy Allen. La ciudad está en toda la película como el escenario de la historia, pero la historia es universal y podría darse en cualquier otro lugar del mundo. El truco de Allen radica en hacerte creer que esa historia sólo pudo suceder en Manhattan. Yo creo que la ciudad en sí misma nunca es motivo para la escritura de una obra”, aseguró el escritor de Hoteles.
La contradicción. En ella se apoya Rivero para fundamentar que hay materia de inspiración en Santa Cruz. La escritora montereña considera que la contradicción permite cambiar de perspectivas dramáticas y asumir diferentes voces y registros. “Santa Cruz es un espacio en el que se perciben nítidamente muchas fronteras: físicas, sociales, ideológicas, de valores. Estamos siempre oscilando entre la visión más violentamente romántica y la frivolidad, hay una suerte de bipolaridad en nuestra forma de ser. La literatura, igual que la música, elabora crónicas de esos vectores”, afirmó.
Temas
Una temática de la que algunos escritores no pueden abstraerse en estos tiempos, es la situación política del país. Con respecto a esta tendencia, Barrientos cree que eso está de acuerdo a la sensibilidad de cada escritor. “Personalmente yo no lo haría, pero eso no quiere decir que me mantenga completamente ajeno a lo que sucede”.
Otero tampoco lo ha hecho y por el momento no le interesa hacerlo. “Leo este tipo de obras pero no con el fin de buscar asuntos políticos, sino porque la temática principal no puede evitar mencionar algo al respecto. Aunque en la ficción me parece muy raro encontrar a un cruceño escribiendo sobre política”, dijo Otero.
El joven escritor también aseguró que ha habido una evolución importante en la literatura cruceña con relación a la de hace 15 ó 20 años pero no así una ruptura trascendental. “Coincidencias radicales entre escritores no he visto. Cada uno ha marcado su estilo a base de influencias foráneas y nacionales sobre una báscula que casi siempre no estuvo equilibrada. Hace veinte años Wolfango Montes ganó el Premio Casa de Las Américas con Jonás y la ballena rosada. Esta novela no está lejos de lo que actualmente podemos leer entre escritores menores de treinta”, afirmó Otero.
Giovanna también dijo que han ocurrido muchos cambios muy importantes y positivos. Entre los principales mencionó que los escritores cruceños del siglo XXI aprendieron más temprano a narrar con naturalidad, simplemente porque nacieron con las narrativas mediáticas. “De esa forma tenés una comprensión casi genética de las estructuras narrativas, esto acorta el camino. Como consecuencia del primero, la globalización te hace brotes de crisis y asimetrías, pero también te obliga a conocer y contaminarte con otras estéticas, a encarar las zonas débiles de la propia escritura y a apropiarte de memorias que no tenés por qué haber experimentado”, dijo la escritora.
Fuente: El Deber