Pedro Rivero retrata a un canalla
Por: Gerson Rivero
(Pedro Rivero Mercado sorprende con una nueva novela, apenas dos meses después de haber publicado El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Guardia. El nuevo libro, publicado por editorial Santillana, se llama Retrato de un canalla. En esta obra, el autor describe a un personaje oscuro, reñido con la moral)
A dos meses de haber presentado El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Guardia, Pedro Rivero Mercado sorprende con una nueva novela, Retrato de un canalla. En esta nueva obra, el autor hace una introspección dentro del personaje principal de la trama, un joven que es machista, desconsiderado, “un canalla con todas las letras”, como diría la crítica literaria Claudia Bowles. Su comportamiento tiene un antecedente nefasto: el intento de violación de su hermana. Este episodio no es meramente accidental, sino que genera una serie de cavilaciones internas en el ser de Ronaldo Horne, el personaje en cuestión. “Esta novela pone en evidencia que los hombres canallas, como en este caso, existen, y es mejor estar lejos de ellos”, opina Bowles en su reseña. Efectivamente, Rivero no deja escapar ninguna de las ‘características de un verdadero canalla’. No tiene reparos en describir con todas sus letras las fechorías y malandanzas del joven protagonista. Horne es una mala persona y aunque no tiene un justificativo para serlo, la historia trata de explicar el origen del lado oscuro de este personaje. En el trayecto de la narración se ven afectadas varias personas que se cruzan con él.
Un género consolidado
Retrato de un canalla es la quinta novela de Rivero Mercado, consolidando así su apego al género, tras una prolífica obra poética.
Su primera incursión fue en Los gorriones del barrio (2003), “una novela iniciática”, a decir del poeta Pedro Shimose, “llamada así porque en ella se narran las experiencias de la adolescencia”.
En esta obra, que fue traducida al francés, se cuentan las aventuras de un grupo de adolescentes de la ‘Santa Cruz de antaño’ de los años 50. Por eso, el propio autor la califica de costumbrista.
Luego viene Que Dios lo tenga donde no estorbe (2003), que es una continuación de su primera novela. Esta segunda obra, también ambientada en la Santa Cruz de la mitad del siglo XX, está cargada de denuncias sociales contra los regímenes totalitarios y la reacción de una sociedad cruceña, cuyo liderazgo socioeconómico nacional comenzaba a despegar.
En Empate a tres (2005), la tercera novela, Rivero narra la historia de un matrimonio ya maduro que decide contarse sus infidelidades y tras una sabrosa serie de narraciones confesionales, ambos deciden decretar un empate en su particular certamen.
En ocasión de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz 2008 se presentó El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Guardia, la cuarta novela del director de EL DEBER.
Como su nombre lo indica, se trata de una parodia de la célebre obra de Miguel de Cervantes. No obstante, los personajes varían en relación a la narración original. Su Sancho Pinza es flaco y Dulcinea del Tobillo es obesa.
La historia está ambientada en el apacible pueblo guardieño, que presenta ciertas similitudes con La Mancha española.
El buen uso del lenguaje
Una característica que está siempre presente en la obra de Pedro Rivero Mercado es el buen uso del idioma, como destaca Claudia Bowles. “Escrita en un lenguaje contundente”, afirma sobre Retrato de un canalla, que no es la excepción a esta regla. Rivero es miembro de la Academia Boliviana de la Lengua, correspondiente de la Real Española y como tal ha sido cultor de la lengua de Cervantes en más de 50 años de ejercicio periodístico y una larga lista de versos, ya sea recopilados en obras como Las cien mejores poesías de Gustavo Adolfo Baca o impresas en la tira cómica Refucilando, que desde hace tiempo se publica en las páginas de EL DEBER. Finalmente, sus cinco novelas publicadas desde 2003 hasta la fecha siguen el camino del lenguaje refinado, generoso en vocablos, palabras y expresiones.
Fuente: El Deber