06/05/2025 por Sergio León

 

Por Pablo Deheza

En el marco de las celebraciones del Bicentenario de Bolivia, la Fundación Cultural del Banco Central ha emprendido un ambicioso proyecto de recuperación de la historia que busca visibilizar las contribuciones culturales y artísticas de los nueve departamentos del país. La Biblioteca Biográfica del Bicentenario representa un esfuerzo sin precedentes por rescatar del olvido a aquellas personalidades que, desde diferentes ámbitos creativos, construyeron la identidad cultural boliviana durante el siglo XX.

En Tarija, esta tarea recayó en manos de Paloma Gutiérrez Leon, investigadora social y poetisa chapaca, quien asumió el desafío de elaborar una biografía colectiva que abarcara la diversidad y riqueza del panorama artístico departamental. «Me contactaron para encomendarme la tarea de elaborar la biografía colectiva Tarija. Yo soy tarijeña, estoy viviendo en Tarija, he escrito otras obras y bueno, les habrá interesado algo del perfil, probablemente también de que sea una mujer quien se ocupe de este asunto», explica Gutiérrez Leon sobre su incorporación al proyecto en una entrevista en exclusiva con Escape, de La Razón.

Rescate y visibilización

La motivación principal que llevó a la autora a aceptar esta compleja tarea fue «la idea de incorporar en el registro historiográfico estos personajes que muchas veces han sido olvidados o desconocidos o conocidos por un círculo muy pequeño, porque también sabemos las desigualdades que hay para ingresar a los circuitos de difusión, de comercialización, de reconocimiento».

El proyecto le otorgó gran libertad para definir los criterios de selección. Las únicas pautas establecidas fueron que se tratara de «personajes que han nacido y han vivido, podríamos decir, en la primera mitad del siglo XX, de repente algunos que todavía están, pero que no sean tan contemporáneos ni actuales», y que fuera «una biografía lo más diversa posible y con un alcance territorial amplio y completo, podríamos decir, en cuanto a las provincias del departamento, que no sea la capital únicamente o predominantemente».

Gutiérrez Leon decidió ampliar el concepto tradicional de lo artístico. «Deseaba que sea una biografía que no solamente se ciña a las bellas artes, sino también a las artes útiles y así incorporar otro tipo de aportes a la cultura, al acervo cultural del departamento», señala la investigadora, evidenciando una perspectiva antropológica que reconoce el valor cultural de manifestaciones artísticas frecuentemente marginalizadas por los circuitos académicos tradicionales.

Un mosaico de 33 historias

El resultado final es una obra de 339 páginas que reúne las biografías de 33 personalidades individuales y colectivas, abarcando un espectro que va desde escritores y poetas hasta artesanos tejedores. «Logré incorporar personas o personajes colectivos, no solamente individuales, la mayoría son individuales, individuos, personas, pero también tenemos biografías de agrupaciones musicales o en este caso de la Asociación de Artesanas y Artesanos Tejedores de Taxara», explica la autora.

Entre los biografiados se encuentran figuras como Octavio Campero Echazú, escritor y poeta nacido en 1900 que abre cronológicamente la obra; Víctor Vara Reyes, «un historiador, investigador, folclólogo, muy reconocido internacionalmente y poco conocido local o regionalmente», cuya obra sobre el castellano popular tarijeño es considerada «una de las investigaciones sobre el folclore más ricas y rigurosas que tiene Tarija»; y Roberto Echazú, descrito como «un gran poeta, de los versos de mayor altura a nivel nacional».

La diversidad del proyecto se refleja también en la inclusión de agrupaciones musicales como Los Capos Cantores y Los Montoneros de Méndez, este último «muy politizado de los años 70, 80», así como en la presencia de las tejedoras de Taxara, «las mujeres y hombres que hacen unas mantas teñidas de raíces, de tintes naturales en la zona alta tarijeña, que yo creo que es también un distintivo de la identidad chapaca y de la zona alta, más andina».

Una lectura histórica y social

Para Gutiérrez Leon, las biografías trascienden el mero recuento de vidas individuales para convertirse en una ventana hacia la comprensión de procesos históricos más amplios. «Las historias de vida, las biografías, hay que leerlas no solamente por sus productos, por su producción o sus obras, sino también justamente desde el contexto histórico, social histórico de la época en la que se desarrollaron esas vidas», reflexiona la investigadora.

El trabajo le permitió identificar hitos históricos que marcaron las trayectorias de estos artistas. «La Guerra del Chaco, un hito marcante para muchos de ellos. La Fundación de la Universidad Pública, también en torno a ellos se han congregado varios de estos personajes que luego han resultado ser artistas o verdaderos comprometidos cultores». También observó patrones migratorios significativos. «Al principio de siglo, las primeras décadas, podríamos decir el primer cuarto de siglo, Argentina era el gran referente para esta población, las personas, las familias que resultaban en mejores condiciones socioeconómicas, más pudientes, enviaban a sus hijos a estudiar Argentina, a Mendoza, a La Plata, a Córdoba», asevera.

Ausencias y sesgos: una mirada crítica

Uno de los aspectos más valiosos del análisis de Gutiérrez Leon es su capacidad para leer críticamente el panorama. «También nos permite ver desde las ausencias o las disparidades, tener una perspectiva más crítica de repente de lo que es este conjunto de personalidades reconocidas como tal; por ejemplo, la presencia predominantemente masculina», observa.

Esta reflexión la lleva a cuestionar las estructuras de poder que determinan qué voces son preservadas en la memoria colectiva. «Como en muchas áreas vemos que en la historia figuran más los hombres que las mujeres, lo que no quiere decir que las mujeres no tengan aportes o no hayan contribuido con su labor, con su vida, con sus producciones, a lo que es el acervo cultural, por ejemplo, en este caso, pero sí es cierto que han tenido mucho menos oportunidades y condiciones para hacer un lugar a sus producciones, a su voz, a sus personajes».

Historia e identidad chapaca

El trabajo de investigación llevó a Gutiérrez Leon a reflexionar críticamente sobre la construcción de la identidad chapaca contemporánea. A través del estudio de autores como Víctor Vara Reyes, pudo constatar cómo «esto de los chapacos se ha transformado, se ha reducido, me parece a mí, muchísimo a ciertos elementos, despojando de esa riqueza histórica, de dónde viene lo chapaco, y esa pluralidad en las raíces culturales».

La investigadora señala que «había un tiempo en Tarija en que se pretendía reducir y asumir que lo chapaco, el 100% chapaco, era casi privativo de ciertos sectores sociales que se arrogaban la identidad chapaca, y entonces también el derecho de segregar a otros que no eran tan chapacos». Esta observación revela cómo ciertos grupos han instrumentalizado la identidad cultural para establecer jerarquías sociales excluyentes.

Una experiencia transformadora

Para Gutiérrez Leon, la elaboración de esta biografía colectiva representó mucho más que un encargo académico. «Ha sido un gran aprendizaje a muchos niveles. Por supuesto, no se conoce la obra de todos, entonces me he encontrado con lindas sorpresas la oportunidad para adentrarme a la obra hasta ahora desconocida o mínimamente conocida de algunos artistas», relata con entusiasmo.

El proceso le permitió experimentar «episodios así de éxtasis artístico en muchas lecturas de los libros que he ido teniendo, lo mismo la poesía de Roberto Echazú, de Julio Barriga, y por eso me siento totalmente dichosa, afortunada, privilegiada y muy agradecida por la oportunidad de la vida, de haber elaborado algo así que a lo mejor por mi cuenta pues no hubiera podido hacerlo».

Historia y proyecciones

La obra, editada por el Centro Cultural Plurinacional de Santa Cruz con un costo de Bs 51, representa para su autora el punto de partida para futuras investigaciones. «Sería interesante pensar a un futuro próximo una segunda versión o continuar con las biografías colectivas desde ese otro lugar, de lo que no aparece mucho», propone Gutiérrez Leon, sugiriendo la necesidad de explorar las voces marginalizadas que no pudieron ser incluidas en esta primera edición.

La investigadora concluye con una reflexión sobre la responsabilidad histórica que este trabajo le ha despertado: «Ha sido muy inspirador detenerme a mirar hacia atrás, recorrer el camino, digamos, de adelante para atrás desde la Tarija contemporánea, pensando también el campo artístico-cultural de ahora, y entonces como revivir o reavivar este sentido de responsabilidad histórica, tal vez, que uno lo capta, pienso, cuando toma conciencia de dónde venimos, y todo lo que se hizo antes de nosotros».

La biografía colectiva de Tarija se constituye así no solo como un ejercicio de memoria histórica, sino como una herramienta crítica para repensar las identidades culturales contemporáneas, cuestionando los esencialismos y visibilizando la pluralidad que caracteriza el patrimonio cultural boliviano.

Fuente: Escape