09/02/2024 por Sergio León

La Audacia: un punto de encuentro para los amantes de libros

Por Mitsuko Shimose

En la Calle 10 de Obrajes esquina Ormachea hay un espacio donde los libros son accesibles para todos, con una curaduría especial que refleja la diversidad y la complejidad de la literatura independiente con énfasis en la producción boliviana y, sobre todo, de mujeres, señala Wara Godoy, la responsable de esta “plataforma cultural autogestionada e independiente que busca circular libros audaces dentro y fuera de Bolivia”.

El sueño de abrir esta librería se materializó en febrero de este año “con la intención de convertirse en un punto de encuentro para todos quienes son parte del ecosistema del libro”, enfatiza la librera. Sobre el nombre La Audacia, Godoy explica que representa el atrevimiento y la decisión de abrir una librería independiente en tiempos en los que la lectura y el acceso a la literatura enfrentan desafíos significativos. “Es un reconocimiento a la valentía de los autores, editores y lectores que se atreven a explorar y compartir ideas nuevas y provocadoras”.

Los libros que se hallan aquí provienen de cerca de 25 editoriales bolivianas, sobre todo de La Paz, con un enfoque especial en literatura boliviana, además de varias editoriales de América Latina que no tienen presencia en las librerías establecidas en la Ciudad Maravilla.

Algunas de estas editoriales nacionales son: Perra Gráfica, Mama Huaco, Parc, Pirotecnia, Piedra Rota, Maricas Bolivia, Sobras Selectas, Almatroste, Heterodoxia, Escándalo en tu barca, Nuevos Clásicos, 3600, Matabuey, Feminismo Comunitario, Mantis, El Cuervo, Nuevo Milenio, Dum Dum, que destacan por su dedicación a la calidad literaria y la promoción de voces innovadoras. De igual manera, La Audacia colabora con librerías alternativas, como es el caso de Perry Lee, que tiene un catálogo brillante de libros para coleccionistas y cuya estantería en la librería siempre está llena de tesoros bibliográficos.

Según Godoy, en La Audacia, los lectores pueden encontrar una amplia variedad de géneros que incluyen ficción, poesía, ensayo, crónica, libros ilustrados, historieta, literatura infantil y juvenil, así como libros de arte y fotografía. “Nuestra selección se centra en obras que ofrecen nuevas perspectivas y que, a menudo, son difíciles de encontrar en otros espacios comerciales”, enfatiza.

Actualmente, la librería cuenta con un inventario de aproximadamente 1.000 libros, que se actualiza constantemente para incluir las últimas novedades de las editoriales colaboradoras y obras que el equipo de La Audacia considera esenciales para cualquier lector apasionado. Bajo este criterio, Godoy resalta que los libros están rotando todo el tiempo, y que casi nunca pueden repetir stock dada las circunstancias del mercado.

Respecto a los autores emergentes, la librera dice que le llena de emoción colaborar con varios de ellos que están empezando a dejar una marca significativa en el panorama literario. Entre los nuevos talentos que destacan en su colección se encuentran Fher Masi con Política de Dukes, Isabel Antelo con Memorabilia, Adhemar Manjón con Los belgas, y Mónica Heinrich con Las desapariciones. “Estas obras han sido muy bien recibidas por nuestros lectores, consolidando a sus autores como voces prometedoras en la literatura”.

Entre la librería y la FIL La Paz

Hablar de los libros más vendidos siempre es un reto cuando se apuesta por la diversidad, ya que las ventas no siempre reflejan grandes picos, manifiesta Godoy. Sin embargo, subraya que algunos títulos han destacado por capturar el interés de sus clientes. Entre ellos, los dos volúmenes de 31 mitos y leyendas, dos libros que compilan los integrantes de Muy Waso y Salvador Pomar, cuyo mérito ha sobresalido por su originalidad y la profundidad de su investigación. Antes, en cualquier parte de Claudia Peña también ha sido muy valorado, consolidando su voz dentro de la cuentística boliviana. Asimismo, resalta que El secretario de su Delirio de Alison Spedding se ha convertido en uno de los favoritos, especialmente porque es uno de los pocos lugares donde se puede encontrar esta obra, y su autora cuenta con un público fiel que sigue su trabajo.

Durante la feria, algunos títulos que resonaron especialmente entre los visitantes fueron Política de Dukes de Fher Masi, señalando un creciente interés por la poesía. Área protegida de Edmundo Paz Soldán, también muy solicitado, ofrece una mirada profunda y especulativa sobre la crisis climática y la naturaleza, invitando a explorar nuevas posibilidades. Además de ello, durante los últimos días de la feria llegó un libro muy esperado y que vendió bien: Márgenes (T)sex(T)uales: antología de cuento LGBTIQ+ boliviano, antología de César Antezana y Edgar Soliz Guzmán.

Otro de los libros demandados fue Luenga Liga de Luis Rico, ya que muchos padres y madres aprecian el trabajo del cantautor y desean compartirlo con sus hijos. Finalmente, Conóceme y cuídame de Carolina Paz, con sus dos volúmenes dedicados a los animales del altiplano y la Amazonía en Bolivia, desacó como una opción informativa para toda la familia.

“El balance de la feria de este año ha sido sumamente positivo, especialmente dado que nos presentamos como Audacia & Algarabía, una plataforma que no solo promueve el trabajo de nuestra librería, sino también el de otras editoriales afines, bajo la convicción de que todos somos actores interdependientes en la cadena del libro. Optamos por una postura colaborativa en respuesta a las dificultades que a menudo enfrentan las editoriales pequeñas y los autores independientes, quienes suelen ser relegados a los peores espacios en la Feria del Libro, debido a la falta de un criterio que verdaderamente fomente la producción intelectual nacional. Como decía don Werner Guttentag, ‘No leer lo que Bolivia produce, es ignorar lo que Bolivia es’”, remarca Godoy.

Y desde esa perspectiva, para ella la Cámara Departamental del Libro de La Paz pareciera estar ignorando su lugar como bisagra fundamental para promocionar el libro boliviano, sobre todo en las estructuras comerciales de sus asociados.

A pesar de estos retos, para Godoy la feria continúa siendo un espacio cultural profundamente arraigado en el imaginario de la ciudad. “Como parte del ecosistema literario, hemos notado con entusiasmo un interés renovado por la literatura independiente y una creciente participación de lectores jóvenes. Además, el programa cultural de la feria nos brindó la oportunidad de establecer conexiones valiosas con otras librerías y editoriales, lo que contribuye a fortalecer el ecosistema literario en su conjunto. Ese es uno de los aportes simbólicos más importantes de esta cita anual convocada de forma privada y con un escaso involucramiento del Estado”, dice.

En cuanto a las actividades que realizaron en la feria, comenta que organizaron una serie de presentaciones de libros, lectura de poesía, charlas con autores, miniconciertos en vivo, además de performances que ahondan entre la relación de la palabra y el arte, lo que permitió a los asistentes interactuar directamente con los creadores y profundizar en sus obras. En la librería regularmente realizan club de lectura infantil, presentaciones de libros y talleres literarios, que buscan crear una comunidad activa de lectores y escritores audaces de todas las edades.

Fuente: La Razón