06/07/2010 por Marcelo Paz Soldan
Novelas perdidas (parte I)

Novelas perdidas (parte I)


Novelas perdidas (parte I)
Por: Mauricio Rodríguez Medrano

La novela Adán Buenosayres en un primer acercamiento parece obedecer perfectamente al modelo tradicional de una novela romántica del poeta fracasado en el mundo. El protagonista, Adán Buenosayres, poeta y bohemio, de cuya vida el narrador L.M. cuenta dos días ejemplares en los Libros I-V, ama a una bella dama inalcanzable, es rechazado, sufre de la incomprensión del mundo profano y se retira más y más a la interioridad de su yo. Claudia Hammerschmidt (Colonia/ Alemania).
En algunas reseñas sobre la novelística de Roberto Bolaño, se compara a su Detectives salvajes con Paradiso, de Lezama Lima y Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal. Me quedaron las dudas y quise conocer esas otras novelas. Tarea difícil. a) En las librerías de La Paz nadie conoce a Leopoldo Marechal. b) Paradiso se agotó en las librerías en 1990.
Datos de la búsqueda infructuosa: primero a lo primero: ir a buscar estas novelas a librerías. Inicié el recorrido desde la Pérez Velasco hasta la Montenegro (media ciudad de La Paz, todas las librerías). Ninguno de los libreros me dio un dato exacto. Uno de ellos me dijo que Paradiso es lo mismo que Caín, de José Saramago (es que seguramente hablan de la Biblia, me explicó). Otro librero me dijo que está mal escrito Buenosayres. Situación común: ninguno conocía las novelas que estaba buscando.
Sé que Adán Buenosayres cuando fue publicada pasó desapercibida. Julio Cortázar rescató a esa novela del anonimato, cuando la nombró en una entrevista. Sé que Julio dijo que era la novela más importante de Argentina y que le ayudó mucho en la escritura de su Rayuela. Sé que la novela se divide en siete libros más un prólogo y en que ellos se narra la vida de Adán Buenosayres y que los dos últimos libros son una transcripción de una novela que el personaje dejó a uno de sus amigos (ficción dentro de la ficción). Dato pintoresco: uno de los personajes de la novela fue inspirado en Borges, amigo de Leopoldo Marechal.
Paso dos: buscar en el Internet. Utilicé la infinidad de buscadores que nos brinda esta nueva tecnología. Encontré Adán Buenosayres, con reseña incluida y entrevista de Cortázar y similitudes con Detectives Salvajes: personajes que se buscan en ese conglomerado llamado ciudad y que al final lo único que encuentran es una vida inconclusa y con acciones inconclusas. No existe una versión gratuita de Paradiso en Internet.
Pregunté al escritor Jaime Nisttahuz si conocía las dos novelas que buscaba. Me dijo que no le gustaba para nada Lezama Lima porque era pedante (no sé si lo habrá conocido alguna vez) y que si había escuchado hablar de Leopoldo Marechal (sólo hablar). Me dijo que Paradiso no merecía ser leída. ¿Por qué?, pregunté. Pues porque es barroca, contestó Don Jaime. ¿La leyó usted?, pregunté. Pues claro que no, contestó Don Jaime.
En Internet hay algunas hojas que pueden leerse con el consentimiento de los editores en la página de búsqueda de Google. Nada más. Si se puede encontrar una infinidad de reseñas que hablan de esta novela pero que dejan sabor a poco: crean más misterio sobre ella, dicen que es una de las mayores revelaciones de la novelística Latinoamericana, que Roberto Bolaño es un gran seguidor de esa tradición.
Mientras buscaba estas novelas me pregunté si existirían novelas o libros de cuentos bolivianos que también son casi imposibles de encontrar. Tengo una larga lista. Pero hasta mientras intentaré terminare de leer Adán Buenosayres y contentarme con pensar que Paradiso alguna vez existió.
Fuente: Ecdótica