10/06/2015 por Marcelo Paz Soldan
Breve repaso a la literatura en Bolivia

Breve repaso a la literatura en Bolivia

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Breve repaso a la literatura en Bolivia
Por: Marcelo Paz Soldán

La literatura boliviana ha cambiado en los últimos años; lo que sucede en una ciudad no es extraño a lo que pasa en el resto del país, especialmente en el eje central.
Un fenómeno que ha cambiado es la conectividad. El periodista Rubén Vargas concluyó que en Bolivia no hay Cibercultura aún, pero ya se pueden ver los primeros atisbos. Los soportes electrónicos están ayudando a configurar el modo de cómo se lee, especialmente en la juventud. No se puede discutir si el libro electrónico o el impreso están en competencia –o que uno es mejor que el otro–; simplemente, uno ofrece ventajas que el otro no tiene. El escritor cochabambino Eduardo Scott opina que la gente simplemente no lee o lo hace al estilo Corín Tellado y que “los libros digitales no están cambiando ese panorama”. Otro escritor cochabambino, Edmundo Paz Soldán, es algo más optimista: “puede que las formas de lectura no cambien mucho con los libros digitales, pero estos nuevos soportes al menos harán que los libros bolivianos puedan ser distribuidos más fácilmente en el exterior”.
Estado de las ferias del libro
Las ferias del libro tienen su propia dinámica; en ellas, las casas editoriales se destacan y promueven a sus autores locales. En Santa Cruz, por ejemplo, La Hoguera, El País, Comunicarte, Fundación Amigos de la Naturaleza, compiten por los lectores promoviendo principalmente a autores cruceños o residentes en esa ciudad, como Wolfango Montes, Homero Carvalho o Giovanna Rivero. Las ferias del libro en el país se convierten en el espacio ideal para promover la producción literaria nacional dando énfasis en lo local. Un lector en La Paz se parece en poco a uno de Santa Cruz; ambos buscan, por lo general, distintas lecturas/libros y autores. Ramón Rocha Monroy menciona: “Es un gran desafío para la creatividad cochabambina. Por ejemplo, dejemos que los escritores se paseen como pavorreales y los lectores sean convidados de piedra. Hagamos un encuentro de lectores y lectoras en el marco de la feria. Que no sea solo de librerías y de editores. En fin, que se multiplique el ingenio y no se reduzca a la compraventa de libros”.

Estado de las editoriales

En lo que se refiere a las editoriales, en La Paz se destaca Plural, con un claro énfasis en la recuperación de la bibliografía boliviana (Zavaleta Mercado, Sáenz, Zamudio, etc.). El Cuervo y 3600 entre sus autores más destacados, de la nueva generación, tienen a Juan Pablo Piñeiro, Wilmer Urrelo y Adolfo Cárdenas. Entre sus autores, El Cuervo ha apostado por dos cruceños de la nueva generación: Maximiliano Barrientos y Liliana Colanzi.
En Cochabamba el panorama editorial lo representan Kipus, Nuevo Milenio y Pseudogente Editores, aunque existen algunas pequeñas con interesante repunte como El Taburete.
El escritor Gonzalo Lema menciona que estas editoriales son “felizmente, proactivas, buscan colaborar al escritor, al iniciante y al que tiene derrotero largo. Hay pruebas al respecto. Sin embargo, les faltan lectores serios, cultos universales que les sugieran, con fundamento, el libro a ser publicado. Esto también es muy notorio”.

Estado de las librerías

Las librerías dinamizan lo que se lee en el país. En Santa Cruz se cerraron Cunumi Letrao y Lectura, pero Editorial Kipus pronto abrirá una en esa ciudad y El Ateneo abrió una sucursal. Ricardo Bajo, Director de Le Monde Diplomatique, menciona que: “Los libreros están desapareciendo. En las librerías ya no quedan, ahora hay changos –con cara de culo– que se dedican a teclear en la computadora el libro y autor que quieren”. En La Paz, las más grandes siguen siendo Gisbert, Lectura y Yachaywasi, pero otras han crecido y ampliado su oferta, como El Pasillo, Akademia y Baúl del Libro. En Sucre existen tres: Rayuela, Bibliocatu y el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (que se especializan en libros de historia y no en ficción). En el resto de Bolivia no hay muchas librerías especializadas en libros. Ramón Rocha Monroy menciona que “si comparamos a Cochabamba con La Paz, estamos en retroceso, pero al menos hay la librería Yachayhuasi y Los Amigos del Libro, pero los libros están muy caros”.
El Estado Plurinacional de Bolivia ha promulgado la Ley del Libro Oscar Alfaro Nº 366 del 29 de abril de 2013. La idea de esta ley fue disminuir el precio final de los libros para hacerlos más accesible al lector. Si bien esta política era absolutamente necesaria en un país que, en general, lee muy poco, aún no es suficiente y el impacto ha sido pequeño. Los precios en los libros, en general se han mantenido, eso ha ayudado al auge del libro pirata en todo el país. Según Gonzalo Lema, los vendedores de libros piratas “perjudican al escritor, editor y al mismo lector, porque es un producto trucho, no garantizado. Tienen a su favor el precio, pero de ninguna manera la calidad del libro. El libro pirata debe diferenciarse del de segunda mano, que también es bello como el flamante”.
Estado de los concursos
Los concursos literarios en Bolivia han ido cambiando y, en algunos casos, fortaleciéndose. Los principales se encuentran en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. En La Paz están el Yolanda Bedregal de poesía y en cuento el Franz Tamayo. En Cochabamba existe el Concurso Plurinacional de Novela Marcelo Quiroga Santa Cruz, en cuento el Adela Zamudio; en poesía el Edmundo Camargo. Asimismo, esta semana Editorial Kipus convoca a la segunda versión del Premio Internacional de Novela Kipus, dotado con $us 20.000 de premio.
No dejan de llamar la atención que en La Paz no se ha convocado al Premio Nacional de Novela. Por otra parte, en Santa Cruz existen los premios del Gobierno Municipal para novela, cuento y poesía. Sin embargo, la nueva particularidad de éstos es que los participantes deben ser de Santa Cruz o residentes en ese departamento. No es de extrañar la visión que se tiene en esa parte del país de promover –únicamente–sus letras locales.
Los concursos ayudan a fomentar la aparición de nuevos escritores o a consolidar a los existentes. No son fáciles de ganar, son competitivos, duros. De acuerdo a Eduardo Scott: “Los premios ayudan mucho en el interés de los escritores por producir y mejorar su calidad literaria para un público ya existente y pequeño”.
En Bolivia, la literatura y la lectura, están cambiando, de a poco, casi de manera imperceptible. Aguas calmas en la superficie y por dentro se desatan grandes oleajes.
Fuente: Ecdótica