09/15/2015 por Marcelo Paz Soldan
Superar los márgenes, Juan Malebrán

Superar los márgenes, Juan Malebrán

Panza de oro

Superar los márgenes, Juan Malebrán
No es poco. El festival de poesía “Panza de oro” de este año reunirá a gente de la altura poética de Raúl Zurita, quien es uno de los autores vivos más importantes de nuestra lengua. Tras de él —o a su par— se dan cita algunos de los poetas más interesantes que tiene ahora Bolivia, Perú y Chile. El “Panza de oro” apuesta por otro circuito poético más allá de los grandes festivales institucionalizados por las Ferias de Libro o por los más conocidos padrinazgos en el medio. Más agresivo, más directo, más innovador, este festival se proyecta desde Cochabamba como uno de las plataformas alternativas más potentes del Continente.
Qué es lo que distingue a un Festival como Panza de Oro del resto de encuentros que se dan en Bolivia.
Pienso que en la lectura que hacemos del prefijo “trans” y su invitación a situarnos “más allá” o “por sobre de” tanto ante la idea de fronteras territoriales como de los espacios a los que solemos reducir encuentros de este tipo. De ahí, que llevemos este festival, por ejemplo, a unidades educativas audiológicas, con todo lo que supone la transgresión de la palabra en su aspecto fónico. O superando las condiciones de encierro de los internos de las cárceles en las que se realizan algunas de las presentaciones; en este caso, en la San Sebastián de mujeres y en la San Antonio de hombres. Digamos que, en la puesta en juego de las posibilidades que la poesía otorga para resignificar los límites.
Este año llega nada menos que Raúl Zurita, qué significado le concedemos a la presencia de semejante poeta en Bolivia.
Sin duda, que contar con su presencia es un asunto maravilloso. Raúl siente un enorme aprecio por este país y hace mucho que no lo visita. Para él será un reencuentro con escritores amigos y un descubrir lo que actualmente ocurre en las letras bolivianas. Y para quienes tendremos el gusto de escucharlo, significará poder disfrutar de una de las máximas expresiones de la poesía iberoamericana. Algo tremendo por donde se mire.
La formación de los poetas que asisten a la Panza de oro cuenta con gente como Julio Barriga, Juan Mc Lean, Milenka Torrico y otros poetas que hablan desde lenguajes ex/céntricos, marginales, en el sentido de su búsqueda. Cómo se da la selección de los invitados a un encuentro de este tipo.
Personalmente pienso que la poesía boliviana cuenta con voces muy poderosas que no han sido leídas del modo en que se podría haber hecho. En general, existe una tendencia al anacronismo, a la contención en cuanto a géneros. Resulta llamativo, por ejemplo, escuchar – y con cierto dejo de menosprecio, imagínate!- que una poesía es prosaica. O que ciertos temas no se deberían abordar. O que tal o cuál imagen no clasifica en los cánones de belleza. Entonces, en los bolivianos invitados al “panza”, apuntamos al reconocimiento de la calidad de las propuestas que nos parecen superar la miopía poética reinante. Eso, sin mencionar la celebración que hacemos de la actitud con la que estos autores se enfrentan a lo suyo.
El Panza de oro se desplaza a cárceles, colegios y otros espacios. Se podría pensar en que en próximas ediciones se desplace también a otras ciudades.
Pensamos que sería lo ideal. Así, afianzaríamos la idea del tránsito de los autores y de la trashumancia del festival. Terminando este, nos pondremos a barajar seriamente la posibilidad de un desplazamiento.
Qué formas de gestión alternativas ha podido encontrar el Panza de oro que se puedan multiplicar en otros escenarios nacionales.
La corresponsabilidad institucional. En aspectos de financiamiento tanto a través de la gestión de pasajes desde Chile, con la ayuda del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Región de Tarapacá como aquí, en Bolivia, con Hivos, Fundación Imagen y con Telartes, mediante los cuales logramos el apoyo del Gran Hotel Cochabamba, por ejemplo. Lo mismo al haberse sumado quienes representan espacios poco habituales para actividades de este tipo: colegios, universidades, unidades educativas audiológicas y cárceles.
Ahora, algo que nos parece muy destacable es que existen autores que han costeado su participación por cuenta propia. Eso nos alegra y lo agradecemos enormemente. Por lo tanto, supongo que un trabajo unificado es lo que se debería buscar replicar. Evidentemente en la gestión del “panza” se gasta mucho más de lo que se consigue. Un mal persistente en muchos escenarios culturales, no solo del país.
Para el Panza de oro, la poesía que rol debería jugar en nuestros contextos sociales, a nivel de integración ya no sólo transfronteriza, sino interno.
Estamos convencidos que la poesía nos permite reflexionar críticamente sobre nuestros contextos y a partir de esta reflexión, decidir nuestra incidencia sobre ellos o no. La entendemos como una herramienta capaz de superar asuntos de autoría escritural. Desde ahí, entonces, su rol se amplifica en extremo. El asunto es cómo nos hacemos cargo del poderoso y efectivo mecanismo de articulación que representa, y si estamos dispuestos a servirnos de ella para sostener acciones que apunten a lo integrador: a plantear nuevas lecturas que nos inviten a superar nuestros propios márgenes.
Zurita en Bolivia

Raúl Zurita Canessa es uno de los grandes poetas vivos de habla hispana. Premio Nacional de Literatura de Chile el año 2000. Su presencia en Bolivia es un acontecimiento enorme por donde se lo mire.
Su obra se ve marcada en la época de los setenta por la dictadura militar impuesta por Augusto Pinochet en Chile tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Militante comunista, fue detenido, encerrado y torturado en una de las bodegas del carguero Maipo junto a numerosas personas.
A partir de este momento, realizó diversas acciones artísticas que pretendían integrar y ampliar de forma crítica y creativa las diferentes concepciones de arte y vida. En esta época nace también el grupo CADA (Colectivo de Acciones de Arte), que se enmarca dentro de lo que se conoce como Escena de Avanzada, y donde participa junto al sociólogo Fernando Balcells, y los artistas Lotty Rosenfeld, Juan Castillo y Diamela Eltit, quienes basaban su postura artística en el uso de la ciudad como un espacio de creación.
Zurita, considerado como uno de los más radicales de este grupo, realizó variadas acciones utilizando su cuerpo como medio de expresión.

Fuente: Puño y Letra