01/09/2008 por Marcelo Paz Soldan
Novedades literarias para este año

Novedades literarias para este año

novedades-literarias.jpg

Un 2008 con grandes novedades literarias
Por:Martín Zelaya Sánchez

Hablar del porvenir, de lo que vendrá o escribir sobre ello es, cuando menos, complejo y muy arriesgado. El escritor mexicano Agustín Monsreal define la palabra futuro como “ambición humana. El hombre inventó el futuro para alargar la vida; después inventó la eternidad para prolongar el futuro”. No sabe uno cuánto de verdad hay en lo que se adelanta.
No obstante, de cuando en cuando conviene nomás indagar sobre planes y proyectos aún por cristalizarse, a sabiendas de que soñar y esperanzarse con objetos, obras y hechos deseados ayuda a pasar los días, los más —en estos tiempos— tan difíciles. Es así que decidimos, para bien de los amantes de las letras, en estas fechas en que se habla tanto de lo que nos depara el imberbe 2008, averiguar qué novedades nos preparan los principales escritores y las más activas casas editoriales del país.
Más de medio centenar de libros entre literatura, ensayo y textos profesionales y escolares prometen El País y La Hoguera, las dos más grandes editoriales de Santa Cruz, que están entre las más activas en todo el país. Una treintena de novelas, poemarios, libros de relatos, ensayos y obras infantiles publicará Gente Común, entre ellos el texto ganador del Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo. Y Plural anuncia una producción superior a 80 títulos.
En cuanto a escritores, más allá de las nuevas novelas y colecciones de relatos y ensayos, llama la atención el buen número de reediciones de obras exitosas, lo que, hablando del universo lector boliviano, cuando menos alienta. Con la ley de la oferta y la demanda, dice la sabiduría popular, sobrevive sólo lo que merece consumirse.
De nuestros polígrafos, el más activo, y uno de los más conocidos en el ámbito mundial, Edmundo Paz Soldán, anuncia un libro de cuentos, una antología de ensayos, la reedición de una de sus novelas y la traducción de otras dos. Por lo demás, también se mantendrán activos consagrados como Ramón Rocha Monroy y Homero Carvalho, premiados como Willy Camacho y jóvenes promesas como Rodrigo Hasbún.
Profetizar es, para el escritor estadounidense Ambroce Bierce, “soñar con el diablo la noche anterior al casamiento”. Pues bien, acá no adivinamos, tan sólo informamos, divulgamos la palabra de los protagonistas sobre sus venideras publicaciones.
Editoriales
José Antonio Quiroga, director de la editorial Plural, anuncia que este año sacarán al mercado alrededor de 80 títulos, “que es el ritmo habitual de los últimos años”, y además de varios textos históricos relacionados con el bicentenario de la gesta libertaria de La Paz, y la edición completa y definitiva del Diario del Tambor Vargas. Anuncia una “monumental biografía de más de dos mil páginas de Marcelo Quiroga Santa Cruz, escrita por Hugo Rodas Morales”.
En cuanto a literatura, en enero saldrán las reediciones de Narrativa Breve (Los cuartos, El Aparapita, Santiago Machaca y prólogos) y Los Papeles de Narciso Lima Achá de Jaime Saenz; mientras que a mediados de año se editará Imágenes paceñas y Vidas y muertes del legendario narrador paceño, además de la Obra Completa de Yolanda Bedregal.
Gente Común anuncia, a través de su gerente Ariel Mustaffá, “unos 35 ó 40 títulos para todo el año”, entre narrativa, poesía, ensayo y textos de la colección infantil. Destacan en su catálogo El misterio del Estido de Willy Camacho, dos libros de narrativa de Adolfo Cárdenas y Jaime Nisttahuz, la Poesía Completa de Julio de la Vega y poemarios de Jorge Campero y Katherine López.
La editorial La Hoguera anuncia la reedición de obras literarias clásicas en ediciones especialmente dirigidas a escuelas y colegios. Figuran en el catálogo La Chaskañawi, La candidatura de Rojas, La niña de sus ojos y otra veintena de títulos. Seguirá además con sus sellos de textos profesionales, infantiles, de poesía y narrativa.
“Será un gran año de publicaciones —promete Ricardo Serrano de El País—. Tenemos un contrato internacional con Marcio Souza para la edición boliviana de Galvez, o emperador do Acre. (Gálvez, el emperador del Acre), una novela que nos toca y creo que gustará mucho. Ese proyecto tiene el apoyo de la Biblioteca Nacional del Brasil y saldrá en marzo. Estos días saldrá un libro de Valentín Abecia: Paz, Perón y Haya, encuentros y divergencias; luego Amoyá que son artículos sobre Beni de Hans Dellien; otro de Carlos Hugo Molina: Historia del Comité pro Santa Cruz, y para el 11 de este mes: El libro del 11 de enero de Ramón Rocha Monroy; en Derecho sale el Número 5 de la Revista Boliviana de Derecho y Fundamentación de Sentencias del profesor español Pedro Talavera”.
Peabirú, un libro de historia de Oscar Tonelli que se refiere a la ruta precolombina que atraviesa la Chiquitania, y los textos escolares Matemáticas 1 y 2, elaborados con el novedoso método constructivista, son otros de los proyectos asegurados para el primer trimestre. “Luego hay muchos planes para libros de arte y ciencias sociales y literatura. Superaremos con creces las 20 obras publicadas en 2007”.
La Mariposa Mundial tiene una lista de cinco publicaciones para 2008, tres en su sello Papeles de Antaño, una en Papeles de Ogaño y una en una nueva colección de traducciones. “Es un texto de Paul Valery sobre Leonardo da Vinci que lo traduce Moira Bailey”, comenta el director Rodolfo Ortiz, quien además adelanta que la revista reeditará los libros La tumba infecunda de René Bascopé Aspiazu, en una edición corregida y crítica, y Aguafuertes de Roberto Leytón, y sacará una antología de papeles dispersos e inéditos de Guillermo Bedregal. En Ogaño saldrá un libro de ensayos de Juan Cristóbal MacLean. Por lo demás, a fines de este mes se lanzará el número 18 de la revista, un tomo especial dedicado íntegramente a Jaime Saenz; en mayo verá luz el número 19 que incluirá un amplio segmento sobre la obra de Gamaliel Cuarta, y para agosto, coincidiendo con la Feria del Libro, se presentará La Mariposa Mundial 20, en festejo de los 10 años de la revista.
Autores
Por e-mail, haciendo una pausa en sus vacaciones de Año Nuevo, Edmundo Paz Soldán cuenta: “Tengo varias novedades interesantes para este año”, y pasa a detallar:
a) Bolaño salvaje: el escritor ante la crítica. Un libro de ensayos sobre el autor chileno, que coeditaré con el peruano Gustavo Faverón. Colaboran en el libro: Enrique Vila-Matas, Carmen Boullosa, Rodrigo Fresán, Jorge Volpi, Juan Villoro, Alan Pauls y otros. Sale en febrero con el sello Candaya (España).
b) Río Fugitivo. Reedición corregida de mi novela, conmemorando los 10 años de su publicación. Sale en mayo en Libros del Asteroide (España).
c) La materia del deseo. Traducción al italiano. La publicará la editorial Fazi en mayo.
d) La inquietud de las criaturas. Nuevo libro de cuentos que publicará Alfaguara, Estados Unidos, en noviembre.
e) El delirio de Turing. Traducción al portugués que editará la editorial Record (Brasil) en diciembre.
El cochabambino Rodrigo Hasbún, que además de haber sido seleccionado entre los 39 mejores escritores menores de 39 años de América Latina recibió muy buenas críticas con Cinco, su obra inicial, cuenta que “este año publicaré la novela El lugar del cuerpo, con la municipalidad de Santa Cruz, que auspicia el premio que obtuve con la obra en 2007”.
Homero Carvalho también estará muy activo. Editará en los primeros meses del nuevo año una antología de poesía sobre el río: La patria de las aguas, compuesta por obras de autores benianos “que tenemos una relación especial con el agua”. Será publicada por la editorial Mandrágora Cartonera de Cochabamba, que forma parte de las editoriales cartoneras de Sudamérica.
“Además se publicará la quinta edición de Santo vituperio, la tercera de Cuentos Completos, la tercera de La ciudad de los inmortales y la segunda del poemario Los reinos dorados que se agotó en menos de tres meses, algo extraordinario para un libro de poesía”.
Ramón Rocha Monroy presentará el viernes 11 de enero el documental “11E” que codirigió con Roberto Alem Rojo, y que trata sobre los enfrentamientos que se vivieron en Cochabamba en 2007. “Con el material he preparado también El libro del 11 de enero. Ambos productos no son una tesis, ni una interpretación. Tienen tres hipótesis operativas y contienen fundamentalmente información, con la esperanza de promover una reflexión nacional sobre el tema, a ver si entendemos en qué nos estamos metiendo”. Aparte de eso, “Dios verá qué hago”, dice, y confiesa que está muy metido en la redacción de una novela sobre la guerrilla de Ayopaya.
En Gente Común publicarán además a Adolfo Cárdenas, “un libro de cuentos largos, dos por uno o tres por uno, aún no lo sé”, y el paceño Willy Camacho sacará El misterio del Estido.
El lugar del Cuerpo (fragmento)
Por: Rodrigo Hasbún

Se metió en su cama y le hizo cosas que ella no quería. ¿Era la primera frase que venía buscando hace tanto, parecida a como la hubiera escrito entonces, ocho años recién cumplidos, quizá sólo siete años recién cumplidos, un principio ideal para cualquier libro de memorias, la noche en la que el hermano mayor entra al cuarto y tapa la boca y baja el calzón, el lugar donde realmente comenzó todo, el lugar donde supo más sobre sí misma y sobre los demás que nunca antes y nunca después? ¿Una primera frase que revelaría el contenido del libro entero, de la vida entera, que los resumiría sin márgenes de error, aún en su parquedad, una mano guardando los gritos inútiles, otra acariciando nalgas, metiendo dedos, los padres en el cuarto de al lado durmiendo ya? ¿Soportaría rememorar aquello, inventarlo nuevamente y minuciosamente con frases frías? Todo palidecía después, el viaje, los abortos y los abandonos, las reconciliaciones, el daño, partía de esa primera noche, demasiado pronto, derribando motivos, excluyendo explicaciones paralelas, guardándolas para biógrafos que nunca acertarán. Se levanta y cruza con esfuerzo la sala. Pone la caldera al fuego, aguarda a que hierva el agua, saca una bolsita de té, acerca el frasco del azúcar. Siente el temblor de siempre. Pero esta vez es distinto y además ya está vieja y enferma, y teme no terminar y sabe que puede no terminar.
Roberto Bolaño: Literatura y apocalipsis
Por: Edmundo Paz Soldán

En Autobiografías: Amis & Ellroy, uno de sus artículos recopilados en Entre paréntesis, Roberto Bolaño escribió que “el crimen parece ser el símbolo del siglo XX” (206). En una entrevista, el escritor chileno declaró: “En mis obras siempre deseo crear una intriga detectivesca, pues no hay nada más agradecido literariamente que tener a un asesino o a un desaparecido que rastrear. Introducir algunas de las tramas clásicas del género, sus cuatro o cinco hilos mayores, me resulta irresistible, porque como lector también me pierden” (Braithwaite 118). Se puede leer “2666” como una monumental novela detectivesca, en la que hay tanto un desaparecido al que se busca —el escritor Archimboldi— como múltiples asesinos.
En el trabajo de Bolaño con el género detectivesco se podría pensar que las muertas de Santa Teresa son parte de un asesinato múltiple, que se trata, si se permite el juego de palabras, de un asesino colectivo en serie. Aquí, sin embargo, como en La muerte y la brújula de Borges, el detective (el periodista-escritor Sergio González) y los buscadores (los críticos admirados de Archimboldi) son derrotados. O mejor: en el caso de los crímenes, a diferencia de Borges, ni siquiera tenemos en Bolaño la posibilidad de encontrar a un asesino victorioso. “La parte de los crímenes” termina como ha comenzado, con un crimen irresuelto, con un asesino o asesinos en la sombra. Como las muertas, los asesinos son también tragados por el “agujero negro” en que se ha convertido Santa Teresa.
En Bolaño, además de los guiños de Los detectives salvajes y 2666 al género, se puede encontrar, en El gaucho insufrible, El policía de las ratas, un cuento que reinscribe un texto clásico de Kafka, Josefina La Cantora, en el esquema del policial. El detective de Bolaño, Pepe el Tira, tiene algunas de las características que dicta el género: es un solitario, alguien que se siente distinto a los demás (54). Su método es mantenerse al margen del pueblo, dedicarse a su oficio, volver al lugar del crimen todas las veces que sea posible. Como se espera del género, al menos en su versión tradicional, el policía comenta que la vida “debe tender hacia el orden, y no hacia el desorden” (73). Si el orden se rompe —o mejor, se “disloca”—, entonces el trabajo del policía será intentar recuperar el orden. (…)
En Bolaño no hay ninguna nostalgia de los detectives tradicionales del género —esos razonadores como Auguste Dupin y Sherlock Holmes, capaces de descubrir al criminal sin necesidad de acudir al crimen, utilizando sólo sus poderes de deducción—, pero todavía continúa la fascinación por las figuras de la ley. Esas figuras que servían para dar fe de la inteligibilidad del universo y de la autoridad de la razón para desbrozar el caos en torno nuestro, existen ahora para decirnos que la razón ha sido derrotada, y para articular una reflexión existencialista en que el mundo se revela sin sentido y la especie, a la manera de Sísifo, “condenada desde el principio”, no se arredra, continúa luchando y marcha en busca de “una felicidad que en el fondo sab[e] inexistente” (84).
En ese contexto, el escritor, figura cada vez más marginada en la sociedad contemporánea, deviene esencial en Bolaño, y la literatura recupera su aura: el escritor es el testigo que debe ser capaz de mantener “los ojos abiertos”, y una “escritura de calidad” es “saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso” (Entre paréntesis 36). En las entrevistas que dio y en sus artículos son constantes las referencias al valor del escritor: “Para acceder al arte lo primero que se necesita, incluso antes que talento, es valor” (Braithwaite 97).
Fuente: www.laprensa.com.bo