02/10/2022 por Marcelo Paz Soldan

La novela es el cruce entre la planta y la máquina

Edmundo Paz Soldán: “La novela es el cruce entre la planta y la máquina”

Puño y Letra formula tres preguntas al narrador más importante de la literatura boliviana. Edmundo Paz Soldán nos habla sobre su última novela, sobre el actual cine boliviano, y sobre su obra y los audiolibros.

A estas alturas de nuestra historia, no se podría entender la literatura boliviana sin la obra narrativa de Edmundo Paz Soldán, nuestro escritor de mayor proyección y el que mayor influencia tiene en la escena literaria internacional. De Palacio Quemado (2007) a La vía del futuro (2021), la obra de Paz Soldán se ha ido construyendo de manera firme y con “estrategias narrativas exactas”. Ahora, desde su novela Iris (2008), el autor de Billy Ruth ha desembarcado de manera decidida, ya no en el presente sino en el futuro. Del conjunto de ocho relatos La vía del futuro, J. Ernesto Ayala, ha dicho en Babelia: “El proyecto es crear la máquina perfecta, es decir, esa que en el futuro no muy lejano dominara absolutamente al hombre, a la vez que pretender hacerlo feliz. Todo el libro está impregnado de esta ambición. Una especie de proyecto místico en el cual, aparte de la locura y lo alucinatorio, está la mentira y el afán de lucro, como ese inventor de monedas digitales para explotar a los trabajadores de su empresa”, ahora, Paz Soldán anuncia la publicación de su nueva novela La mirada de las plantas, que verá la luz en abril con Editorial Almadía, primero en México y España (en Bolivia en junio con Editorial Nuevo Milenio). Puño y Letra retoma contacto con el escritor boliviano miembro de la famosa generación McOndo y le lanza tres preguntas.

1.- Has adelantado que La mirada de las plantas va de realidad virtual y plantas alucinógenas en la frontera entre Bolivia y Brasil. Sara Mesa ha calificado esta como: “Un corazón de las tinieblas amazónico y rabiosamente actual, que expone nuevas formas de crueldad y deshumanización”, haciendo alución al clásico de Conrad. ¿Cuál es la historia de esta novela? ¿Qué tienen que decirnos las plantas alucinógenas de nuestra realidad actual y el futuro? 
R.- Es un tropo clásico de la ciencia ficción, el del científico loco, solo que adaptado a esta época. A una compañía de videojuegos brasileña se le ocurre hacer juegos en realidad virtual que repliquen la experiencia de ciertas drogas y plantas alucinógenas; han hecho una con el LSD y quieren hacer otra con una planta amazónica llamada alita del cielo. Los experimentos se llevan a cabo en una ciudad boliviana en la frontera con Brasil; los voluntarios están tienen malos “viajes”, y la compañía contrata a un psiquiatra para hacerse cargo de ellos. La novela comienza con la llegada del psiquiatra, todo está filtrado desde su punto de vista. Lo que revelan las plantas está relacionado con la experiencia colonial en una época en la que, supuestamente, la hemos dejado atrás. Por otra lado, en la novela también es importante lo que revela la maquinaria visual: la mirada pornográfica del voyeur a las pantallas, la experiencia del cuerpo cuando los personajes se enfundan en un uniforme para sentir los efectos de una planta sin necesidad de ingerirla. La novela es el cruce entre la planta y la máquina.
2.- Sabemos que los derechos de Norte fueron adquiridos para llevar esta obra a la pantalla grande, en qué va ese proyecto, te lo preguntamos porque algunas obras de escritores bolivianos importantes ya se han visto como 98 minutos sin sombra, de Giovanna Rivero, y que opinas del gran momento que el cine boliviano está atravezando a nivel internacional, con directores como Kiro Russo (El gran movimiento) y Alejandro Loayza (Utama). 
R.- Vi hace poco Utama y me encantó. Es una película que dará que hablar, aborda de manera sensible un tema urgente como el del cambio climático, cómo la escasez de agua afecta a las comunidades del Altiplano, cómo lleva a esto al fin de una forma de vida. Todo eso con encuadres elegantes y una historia austera pero muy efectiva. No he visto El gran movimiento pero Viejo calavera me parece una maravilla. Es una generación de cineastas muy potente, todos con propuestas muy distintas pero que, sin dejar de pagar deudas, están renovando nuestra cine en temas y formas. En cuanto a Norte, la productora compró una opción por dieciocho meses, pero llegó la pandemia y se llevó esos tiempos por delante, el plazo venció sin que se pudiera hacer la película. Ahora hay que renegociar el contrato, pero creo que la productora no se animará a hacerlo mientras no sienta que las cosas se han estabilizado lo suficiente.
3.- De las buenas noticias para iniciar este año sabemos que la multinacional danesa Saga Egmont ha adquirido los derechos de tus libros para su versión como audiolibros en español. Algunos ya están en Storytel: Los días de la peste, Billie Ruth y La vía del futuro; y los dos primeros acaban de ser publicados por Saga Egmont. Cómo has visto esta nueva experiencia, este nuevo recurso para conocer y disfrutar tu obra. Sabemos que, si bien en Bolivia no se accede mucho a este formato, en el mundo es una industria enorme y en expansión.
R.- Para mí ha sido una sorpresa, porque no soy ni de audiolibros ni de podcasts, pero sé que han crecido un montón durante la pandemia, tengo una amiga chilena fanática de los audiolibros y ella siempre me decía que les diera una oportunidad. Creo que es un formato ideal para largos viajes en auto, para ciudades con mucho tráfico, para el gimnasio, etc. No he hablado con la compañía danesa, ellos compraron los derechos y ya. En todo caso me parece excelente que se pueda acceder a las obras en formatos diferentes, que los cuentos y las novelas circulen a través del audio y la imagen.

Fuente: Puño y letra