12/15/2009 por Marcelo Paz Soldan
Germán Monje Entre dos Aguas

Germán Monje Entre dos Aguas

German Monje

El cine aquí y allá
Por Ada Zapata A.
Foto: M.Reyes/Palabras Más

Más optimista el cineasta boliviano Germán Monje, director de Hospital Obrero, opta por el acercamiento cultural, y el aprendizage cinematográfico como intercambio de imaginarios y otredades. En la conferencia Compartiendo Miradas, llevada a cabo el pasado 28 de Noviembre en la Cinemateca Boliviana, abordó con otra visión los dimes, diretes y demás vericuetos del azaroso viaje del cine nacional a las salas europeas, habló también sobre la novedosa incursión de diferentes realizadores latinoamericanos y de la necesidad desprejuiciada de compartir interpretaciones de mundo. A continuación ofrecemos estractos de sus valiosas opiniones en la mentada charla:
El público
GM: La gran diferencia entre hacer cine en Bolivia y hacer cine en Europa es el público. En Bolivia uno encara un proyecto pensando en lo poco que puede ir el público al cine, y como va a recuperar, siempre está supeditado a los términos de producción. Asimismo tiene que ver a qué público va. Es un problema de formación del público muy grande. En Europa hay tantos festivales, en Dinamarca por ejemplo presentan una película boliviana y se llenan las salas, y de eso vive el cineasta, premios del público etc. No por nada una película como Airampo que ha sido tan criticada en Bolivia por su desprolijidad ha sido premiada en Bélgica.
Acercamiento en las Escuelas y Ecademias de Cine
GM: Yo estudié en Cuba donde llega mucha gente europea y se van fascinados, la formación que más penetra allí es el acercamiento cultural, no son escuelas como las de Europa donde son centros y salones, y son ¡Los estudiantes de cine!, sino todo lo contrario, te llevan a que tú hagas y percibas la cultura antes de hacer cine. Es una diferencia clara en la formación, mucha gente termina la formación básica en Latinoamérica y se van a especializar a Europa por la generosidad tecnológica y el alcance que tienen. Siempre nosotros como bolivianos hemos buscado un lenguaje diferente al cine del mercado, al cine de las carteleras de Hollywood; y el cine europeo también, hay una similitud placentera, en buscar una personalidad en tu película, al lenguaje cultural, al lenguaje cinematográfico de tu país.
Cineastas Latinoamericanos
GM: Lo que sí ha sido, en los últimos años, extraordinario es la incursión de cineastas latinoamericanos en Europa, por ejemplo Matías Bize que hizo una película hermosa En la Cama, y en seguida lo invitan a filmar en Barcelona y hace una película espectacular. Y ahora Pablo Stoll está haciendo su última película filmada en Europa también. No sólo es valorar, es un segundo paso, utilizar el talento latinoamericano para ver una realidad europea. Da bronca pero nosotros tendríamos que probar también con música celta y poner algo holandés, creo que es el acercamiento cultural lo que el público formado va a exigir justamente.
La Universalidad
GM:
La Nación Clandestina y La Teta Asustada tienen como para ganar San Sebastián. La lectura que hago es que la universalidad se da a través de la calidad de la película, uno puede, por ejemplo, hacer una película sobre el Tata A. que ni nosotros mismos, los bolivianos, conocemos pero la calidad de narración es fantástica. Eso va mas allá del hecho cultural o del hecho político, la calidad de la narración es lo que ha hecho que gane La Nación Clandestina y la Teta Asustada. Si bien Sendero Luminoso es conocido en todo el mundo, ha tenido un auge informativo mediático durante mucho tiempo, el drama no es de Sendero Luminoso específicamente, sino es la narración conjunta. Eso es lo que despierta al público europeo que es un público formado que ve cine arte, cine comercial, etc.
Sin duda un cineasta es producto de la sensibilidad, de la estructura sensorial con la que va a montar un proyecto, eso incluye el lugar, el tiempo y la gente con la que te vas a relacionar. Lucrecia Martel lo hace porque conoce cada paso del aire que hay en Salta, las relaciones que tiene más allá de la cámara con su gente, y es donde mejor puede jugar de local. Por otra parte, en ambos casos, de Pablo Stoll y de Rebella, son judíos los protagonistas de sus películas y los judíos son perfectamente acomodables a sociedades como la española y de todo el mundo. Y Matías Bize, sus historias son extraordinariamente sencillas, es una pareja que quiere tener un bebé pero nunca se dice nada, toda la película transcurre en eso, entonces es un acto de silencio. O está el caso de Luz Silenciosa, que es una historia sobre menonitas y no necesitas ser mejicano para ver Luz Silenciosa.
Cuando se construye no puedes dirigirte a otro que no sea el público nacional, sin embargo, yo creo que a la narración de una película uno trata de darle calidad, y esa es la universalidad. El ¡Rico Ché! en Cuestión de Fe lo entienden en todas partes del mundo como un síntoma de alegría, de satisfacción, etc., porque está puesto en el momento preciso, porque los actores viven ese ¡Rico Ché!, lo valorable es esa calidad de sensaciones que da una película. Lo que uno busca a la hora de construir una película es dar sensaciones humanas, una cholita se enamora, tan enamorada como una suiza, evidentemente uno trabaja las relaciones que existen, lo que circunda a esa relación de acuerdo al contexto cultural. Uno no construye una película pensando en un público europeo, eso cae por sí solo, en la medida en que una película tenga una buena narración y sea entendible.
Manifiestos
GM:
El 95 salió el dogma. Fue muy lindo, te comienzas a interesar, pero años después ves a Lars von Trier haciendo Bailarina en la Oscuridad, con una posición contraria a lo que ha sido el dogma, renunciando a todos los postulados que tenía, haciendo un película de industria con varias cámaras y con una exageración, con una parafernalia impresionante. El cine boliviano está como está justamente por identificarse con una generación, particularmente no estoy de acuerdo con esto de las generaciones, yo creo que ese manifiesto (Declaración 3B) habla de una necesidad, no solamente generacional, de la gente de hacer cine ahora, de buscar ciertas alternativas a los extremos a los que hemos estado expuestos como público; el cine Hollywood y el cine indigenista. Hay otra gama de cosas e historias, como decía Marcos Loayza, donde pongas la cámara hay una película. Un manifiesto te cierra a muchas cosas, prefiero hablar de la necesidad de los cineastas de ahora.
Fuente: http:www.palabrasmas.org