07/08/2019 por Marcelo Paz Soldan
El Mago Mariano Baptista Gumucio

El Mago Mariano Baptista Gumucio


Mago Mariano Baptista
Por Alfonso Gumucio Dagrón
Fotografia: Cecilia Fernandez

No sólo por una condición de sangre sino también de tinta, es imposible separar el afecto del intelecto en la relación con mi primo hermano Mago, hermano mayor cuya mera existencia me ha servido de faro cuando en 1970 decidí dejar los estudios de medicina, que a mi padre  hacían feliz, para dedicarme a escribir, lo cual no lo hizo feliz. Mago apoyó ese proceso sin dirigirlo, sólo entendiéndome.
Es un hombre de pocas palabras y muchas letras escritas, todavía con muchas por escribir. No lleva la cuenta de los libros publicados y con su modestia habitual dice que “unos setenta”, hasta que hace un par de meses Mauricio Souza lo contradijo: 105 títulos publicados por Mago en siete décadas, lo cual lo convierte sin que él lo quiera en el polígrafo más prolífico de la historia de Bolivia.
Mago no es ningún mago, porque no saca del sombrero los libros ya terminados como en un sencillo truco de prestidigitador. Mago es una amalgama de memorioso como Funes, arqueólogo como Indiana Jones y detective como Sherlock Holmes porque encuentra, a veces en las profundidades de los archivos y a veces a la vista de todos, lo que la mayoría no sabemos o no queremos ver. Y gracias a ese trabajo conocemos más o mejor sobre quienes somos y lo valioso que tenemos en este país clavado en el corazón del continente y a veces sin corazón ni contenido.
Para él es tan importante su investigación como la divulgación cultural que desde hace 18 años realiza sin interrupción en su programa de televisión Identidad y magia de Bolivia. Sáquenle pluma: 936 programas. Trabajo tesonero y humilde, con una cámara de juguete y sonido afónico, pero ahí está la cultura de nuestro país en su propio lenguaje. No hay rincón que no haya visitado como explorador solitario y solícito.
Tres veces Ministro de Educación, dos veces Embajador, candidato a la Vicepresidencia… y otras facetas que ejerció con la misma probidad. Me queda la duda de si este país ingrato tendrá la capacidad de comprender su obra y reconocer su dimensión, más allá de medallas y homenajes efímeros.
Mariano Baptista Gumucio es un prolífico intelectual boliviano.
Fuente: Pagina Siete