08/27/2009 por Marcelo Paz Soldan
Entrevista a Eduardo Scott, ganador del Premio Nacional de Novela

Entrevista a Eduardo Scott, ganador del Premio Nacional de Novela

eduardo scott

Eduardo Scott, otra vez ganador El Premio Nacional de Novela Alfaguara
Por: Juan Pablo Rodríguez

El fallo que definió al ganador del Premio Nacional de Novela se anunció la mañana del sábado 15 de agosto, en una ceremonia realizada en el salón Pedro Domingo Murillo de la Feria del Libro de La Paz. Muchos de los presentes no pudieron evitar su asombro al escuchar que Eduardo Scott ganó nuevamente el galardón, esta vez con su obra He de morir de cosas así. Historia de tres mujeres. “La novela fue seleccionada por mayoría, pues se trata de una obra muy sólida, con personajes convencedores. Además, la ambientación es muy original y la manera en cómo el autor estructuró la historia la hizo ganadora”, explicó Silvio Mignano, embajador de Italia en Bolivia, que ofició como presidente del jurado.
He de morir de cosas así fue elegida entre 34 novelas que participaron de la competencia. “Es una novela humanista”, afirmó Scott. “Siempre me han preocupado los temas que atañen a las personas, problemas de la naturaleza humana, de cómo asumimos la realidad”, agregó.
-Según el criterio recogido por miembros del jurado, su novela muestra una estructura muy bien trabajada, con personajes minuciosamente elaborados y una historia sólida. ¿Cómo logra usted conjugar estos elementos para presentar una obra con tales características?
-Antes que escritor soy un lector empedernido, desde muy temprano en la vida. He leído a los grandes clásicos de todos los tiempos; creo que la literatura es una de las expresiones artísticas más complejas, porque narra la realidad desde puntos de vista subjetivos; la describe y la interpreta. El lenguaje es una función del ser humano que le pertenece intrínsecamente y que le permite esa descripción. Es por eso que la narrativa, me parece, viene con el entendimiento de lo que pasa en el mundo y en nosotros mismos. En la comprensión de los procesos psicológicos del ser humano, de sus actitudes, sus esperanzas, sus miedos y esas tantas cosas que nos constituyen. Por supuesto, el escritor mismo va madurando y entendiendo muchas cosas en ese proceso. Hay una frase, que es de Terencio y que no sé citar en latín: “Nada de lo humano me es desconocido”.
-Usted afirmó que el proceso creativo y de elaboración de una novela es muy trabajoso. ¿Le implica algunos sacrificios?
Muchos, escribir supone un proceso de reflexión y de introspección. Susan Sontag decía que escribir es la labor más solitaria del mundo, y tenía razón. La construcción de un eje temático; el manejo de los tiempos y del lenguaje; la conformación de las características mentales de los personajes. Todo es muy complejo, muy trabajoso. Yo quiero, además, decir algo; que exista un significado, una apropiación de la realidad. Fíjese lo que pasa en el mundo, reinan la banalidad y la trivialidad más idiotas, que quieren apropiarse del arte para que se impongan la superchería y la impostura. Para que se imponga una realidad sin profundidad ni significado, sin recuerdos y sin valores.
-¿Qué significó para usted ser un ganador del Premio Nacional de Novela (en 2004)?
-Lo mismo que ahora, una gran alegría, pero más todavía, un alivio, pues la obra ya no es mía, sino del público. Puedo olvidarla.
-Ganar nuevamente el Premio Nacional de Novela es tal vez un hecho inédito en la literatura boliviana ¿Cómo asume este logro?
-Debemos pensar en perspectiva, al margen de lo anterior, hay que ser realista. Decía yo que ser conocido en Bolivia significa, nomás, ser un perfecto desconocido en el mundo; fíjese en Tamayo, René Moreno, Jaimes Freyre, Reynolds, Cerruto y Saenz. Cuando murió el Dr. Paz Estenssoro, uno de los bolivianos más grandes del siglo XX, en el obituario del The Economist, el periódico más prestigioso del mundo, salió Esteè Lauder, una fabricante de cremas, que también había muerto. Ésa es nuestra dimensión en el mundo.
-Según algunos colegas suyos, no se lo ha visto frecuentar los círculos intelectuales y de escritores, ¿a qué responde esto?
-Soy poco social, y definitivamente no soy gregario, no pertenezco al Penn, por ejemplo, ni a clubes ni partidos políticos o asociaciones religiosas o culturales; y espero no hacerlo. Además, hago otras cosas, tengo que trabajar, estar con mi familia; actualmente leo mucho ensayo, historia y literatura científica; hago atletismo, que es una felicidad para mí.
-¿Por qué no se dedicó a la literatura a tiempo completo?
-Ya lo dije en otra entrevista: el vil metal. He trabajado 16 años en el Lloyd Aéreo Boliviano, cuando ésta era una gran empresa, y llegué a ser su gerente general; en gerencia de banca; como director general de aeronáutica; y profesor de Administración en la Universidad Mayor de San Andrés.
-Usted anunció que publicará una novela más, la cual está preparando y luego dejará de publicar. ¿Por qué tomó esta decisión?
-Escribir, por lo menos para mí y por lo que quiero decir y significar, es demasiado trabajoso, requiere una dedicación de mente que es muy grande. Por supuesto, al acabar el trabajo, pensando que se tiene un logro, es algo muy satisfactorio.
-¿Puede darnos algunos detalles de su próxima obra?
-Trata de conocimiento; por qué los seres humanos interpretamos de maneras tan diferentes lo mismo. Mire las guerras, todos se matan entusiastamente por sus dioses, llámense Jehová, Alá, o protestantes y católicos; o chiíes y suníes por tintes de sus dioses. Trata sobre la codicia y el renunciamiento, y sobre el amor. Pero no digo más. Tardará unos tres años.
-¿Cuáles fueron sus mayores influencias literarias en toda su carrera como escritor?
-Stenvenson y Dickens, Joyce y Proust, Tolstoi, Dostoievski, Kafka, Borges, Lezama Lima, Mann, Yourcenar y hay otros que olvido ahora. En realidad, parafraseando a Issac Newton, quiero decir que soy una persona como cualquiera, pero que estoy parado sobre los hombros de gigantes.
-¿Cuál es su impresión con respecto a la situación actual de la literatura boliviana, los nuevos autores y sus temáticas?
-Creo que de eso deben opinar los críticos, más habilitados que yo.
Perfil
Lector antes que escritor
Carlos Eduardo Scott Moreno es el ganador del Premio Nacional de Novela 2004, con La Doncella del Barón Cementerio, una novela de amor, muerte, pasado y redención. El escritor es abogado y administrador de empresas. Fue galardonado en aquella oportunidad con $us 8.000. Es un escritor metódico, pues elabora sus libros sin prisa. Por ejemplo, tardó cinco años y medio en escribir La Doncella del Barón Cementerio, una historia de un psicoanalista francés que viaja a Haití escapando del vacío existencial del primer mundo, un vacío hecho de muertos y de un pasado truculento en el que intenta sobrellevar el suicidio de su padre. Cuando llega a Haití empieza una relación con una camarera del hotel donde se hospeda y se da otra clase de viaje que no tiene que ver con los exóticos paisajes caribeños, sino con una geografía interior: comienza el viaje de redención y reconciliación con el pasado. Inicia un viaje de reconciliación con sus muertos.
Se reconoce abiertamente como un lector de los clásicos. Homero y Dante son sus principales autores, pero también ha sido influenciado por los escritores troncales de la primera mitad del siglo XX. Entre los escritores nacionales citó a Jaime Saenz como pilar fundamental de la literatura boliviana, especialmente la novela Felipe Delgado. Scott Moreno también es autor de El círculo de los iniciados (1995) y Con los ojos abiertos, que fue editado en el año 2000.
El premio aumentó a Bs 93.000
El Ministerio de Culturas, las embajadas de Italia y de España, BBVA Previsión AFP, el Grupo Santillana, el diario La Razón y la red ATB son los organizadores del Premio Nacional de Novela 2009.
He de morir de cosas así, del escritor Eduardo Scott, fue elegida de entre 34 novelas postulantes. “El objetivo del premio es promocionar a los autores nacionales. Este año hemos tenido la grata sorpresa que todos los patrocinadores han declarado dar continuidad a su apoyo, lo que quiere decir que para el próximo año también se realizará nuevamente”, explicó Leslie Salazar, responsable nacional de Ediciones Generales del Grupo Santillana Bolivia.
De las 34 novelas que participaron de la convocatoria del Premio Nacional de Novela, sólo dos fueron clasificadas.
Scott recibirá Bs 93.000 como dotación del premio. “Este año se logró mejorar la suma económica, gracias a los aportes de las embajadas de Italia y España”, dijo Salazar, que además anunció un reconocimiento por parte de la Editorial Santillana y del Ministerio de Culturas.
Asimismo, la novela será presentada en el marco de la Feria del Libro de Cochabamba, que se realizará en octubre. Santillana preparará 1.500 copias del libro.
Otros ganadores
En sus diferentes versiones, el Premio Nacional de Novela sirvió como plataforma para los autores, muchos de los cuales lograron notoriedad apartir de haberlo obtenido.
1998. La vida me duele sin vos, de Gonzalo Lema.
1999. Alguien más a cargo, de Cé Mendizábal.
2000. Magdalena en el paraíso, de Tito Gutiérrez.
2001. Potosí 1600, de Ramón Rocha Monroy.
2002. El delirio de Turing, de Edmundo Paz Soldán.
2003. La gula del picaflor, de Juan Claudio Lechín.
2004. La doncella del Barón Cementerio, de Eduardo Scott.
2005. El agorero de sal, de Luisa Fernanda Siles
2006. Los fantasmas asesinos, de Wilmer Urrelo
2007. La toma del manuscrito, de Sebastián Antezana
Fuente: El Deber