11/14/2007 por Marcelo Paz Soldan
De las posibilidades contenidas en una hoja de papel

De las posibilidades contenidas en una hoja de papel

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De las posibilidades contenidas en una hoja de papel
Por Mariana Ruiz Romero

Me he basado aquí en algunas ideas de Neil Gainman para expresar lo que es para mí la Literatura.
“Hay cosas que no se pueden decir, sino que deben mostrarse. Este es el principio de toda literatura. ¿Cómo comprendemos las dimensiones de la pasión, del afecto, del miedo, del asombro, sino es a través de historias?
Una niña sueña con una casa de muñecas. En ella sus vecinos duermen, y sus sueños están apenas separados por una delgada pared de papel. La niña empuja las paredes, los sueños se mezclan. Al despertar, ningún vecino desea mirarse a la cara. Han visto de sí mismos y de los otros, cosas que deberían permanecer en las sombras oscuras de la noche.
Una mujer se levanta todos los días con el deseo empujando cada borde de su piel, fría a todo, dispuesta a todo. Un hombre joven que no es su marido toca a la puerta para arreglar ciertos problemas eléctricos, termina arreglando más que eso. El marido los encuentra y, aliviado, confiesa que es gay. Las noches y los días en esa casa son más libres desde entonces.
Un hombre camina por la playa y encuentra una caja. Dentro de la caja hay una mujer.
Seguimos a estas personas, y de cada una de ellas, aprendemos. Nos vemos reflejados. En el eco de sus palabras, de sus deseos, quizás, encontramos un espejo de lo que pensamos y deseamos, de nuestros secretos y de nuestras preguntas. Aprendemos.
Y después de leer un libro, el mundo puede verse desde nuevos ojos. Nuestra vecina podría ser aquella que de noche sueña con innumerables latas de comida para gato, y no sólo una vecina. Nuestra madre pudo también haber deseado encontrarse en los brazos de otro que no fuera su marido. Nuestro padre pudo haber sido diferente.
La posibilidad nos da esperanza y comprensión. Aún en el más alambicado cuento de horror, aún en el más rosado cuento de hadas, la posibilidad de que las cosas sean diferentes a lo que son, nos da libertad. La libertad de no encasillarse en la razón, en la lógica, en los hechos.
La imaginación existe para que los hombres comprendan y cambien el mundo. Los sueños existen para revelar –mostrando y no mostrando- nuestra experiencia del mundo.
La posibilidad es, a mis ojos, la mejor manera de estar en este pequeño y ruidoso mundo.
Y los escritores están al servicio de eso. De los sueños de los hombres, de las fantasías de las mujeres, de la curiosidad de los niños. Para ofrecer posibilidades, para descubrirlas. Para que no estemos condenados a cuantificar la emoción, y a razonar lo irrazonable.
Eso es lo que me impulsa a escribir y sobre todo, a leer. El saber que el mundo no es como parece, que nada es lo que parece. Mostrar, antes que explicar, señalar lo posible y lo imposible, ese es el principio y el final de toda literatura.”